Crimen y castigo
Mató a un nene de dos años a balazos: historia cruel, bien Argentina
Fue en una balacera dentro de una vivienda, en 2017. Todo empezó con una pelea entre amigos.
Se llama José Luis “Babi” Aguirre. Hace dos años, se enfrentó a tiros con un tal Joel. Eran amigos, pero bueno, también entre amigos hay tiroteos. Todo ocurrió en una precaria casilla. Allí fue la balacera, y allí fue que murió baleado un nene. Tenía dos años, y se llamaba Santiago. Recibió tres disparos en su cuerpecito. Tres balas que atravesaron a su padre, José Relos, que se había tirado encima para protegerlo.
Aguirre, 26 años, fue condenado este viernes a 20 años de prisión por el asesinato de aquel niño. El padre del chico sobrevivió a las heridas. La triste y dramática historia ocurrió en Rosario.
El tribunal integrado por los jueces Patricia Billota, Isabel Más Varela y Mariano Aliau unificó la condena con una de un juzgado de Menores de 2014, por lo que estableció una pena de 22 años y 6 meses para el “Babi” Aguirre.
Babi fue, efectivamente, un delincuente precoz. Un hijo del desamparo argentino, de una sociedad que no atina a la equidad, a la educación, a la seguridad para las familias. De aquellos delitos cometidos cuando era pibe, y menor de edad, pasó a ese asesinato horrendo, en un día de febrero lleno de balas, de borrachera, de enojo entre amigos.
El nene de dos años no tuvo tiempo de conocer la vida. Murió de tres balazos. Murió ejecutado por la ignorancia, la marginalidad. Y ninguna condena podrá ya arreglar eso.
