Los polémicos argumentos de una defensora

Hace algunos años, cuando los juicios se hacían en las por entonces Cámaras Criminales, una jueza emitió un polémico voto en un juicio a un abusador sexual. Dijo, palabras más palabras menos, que el acusado abusó de la mujer porque ésta llevaba una falda lo suficientemente corta como para provocarlo. Hoy una posición como esa, más aún proviniendo de una mujer, hubiese merecido no sólo una repulsa generalizada de, por lo menos, los movimientos feministas, sino también de la propia Corte Suprema de Justicia de la Nación que, a través de la Oficina de la Mujer, instruyó a los jueces y juezas a analizar las causas en las que haya víctimas mujeres, con perspectiva de género.

Por eso llamó la atención cuando hoy la defensora pública Natalia Pelosso, que asiste a Alfredo Emilio Escobar, imputado por la violación y asesinato de la adolescente Laura Cielo López, intentó esmerilar las figuras penales centrales de la acusación: que la abusó sexualmente haciendo prevalecer su fortaleza de macho para someterla y luego asesinarla.

La Defensora inició su alegato intentando que la jueza de Garantías Ana Malvido le prohíba a la prensa –y a las redes sociales- que se difunda la cara del acusado, a lo que la magistrada se negó rotundamente.

También cuestionó el pedido fiscal de que se le impongan seis meses de prisión preventiva, al sostener que Escobar no se va a fugar porque si hubiese querido lo hubiera hecho; porque no va a entorpecer la investigación ya que las pericias que restan son técnicas y para realizar en el ámbito del laboratorio forense, y porque enfatizó que a esta altura aún debe imponerse la presunción de inocencia, aunque no haya controvertido ni el asesinato ni la autoría por parte de su defendido.

El fiscal Juan Agustín García reveló –porque hasta este mediodía no se sabía-, que Laura Cielo López había sido violada. Y se refirió al informe forense que verificó marcas de sujeción en ambos brazos y semen en la cavidad vaginal. Ante ese marco, la defensora dijo que no se sabe de quién es y que las marcas en los brazos no son signos de un forzamiento para la relación sexual.

Y en relación a la figura de femicidio, dijo “no todo homicidio de una mujer es un femicidio”; negó que haya habido violencia de género porque “no hay evidencia de una relación desigual de poder” y porque “ni la familia (de Cielo) lo conocía”.

Finalmente pidió que a Escobar se le impute la figura de homicidio simple, que no le se imponga la prisión preventiva y que tampoco sea sometido a estudios psiquiátricos y psicológicos.