Lo asesinaron a escobazos; en represalia, quemaron una casa

Mario Brau tenía 36 años, cuando fue asesinado, este sábado, a escobazos. La muerte, horrorosa, chabacana, fue responsabilidad de un hombre, vecino del barrio, y su sobrino, menor de edad. La policía informó, escuetamente, que el motivo había sido alguna rencilla propia de “viejas cuestiones” entre familias.

Pero la cosa no terminó ahí, sino que fue empeorando. Tras conocerse la noticia, en el barrio de Berazategui que ambientó el crimen, familiares y amigos de Brau fueron a la casa donde vivían los homicidas, y la prendieron fuego.

“Gracias a los distintos datos aportados por gente del vecindario, los servidores públicos de la comisaría de Guillermo Enrique Hudson (4ª de Berazategui) lograron apresar a los autores del brutal ilícito, quienes fueron localizados en una vivienda situada en el cruce de 58 y 118. Momentos después, familiares del occiso y habitantes del lugar decidieron concretar un acto de justicia por mano propia, oportunidad en la que prendieron fuego el domicilio habitado por estos criminales”, narra el diario Crónica, el primero que reflejó el tremendo hecho.

Este tipo de asunción de justicia por mano propia es cada vez más frecuente. Ha habido hechos recientes en Neuquén con esta modalidad. Hace poco ocurrió lo de “Martincito”, un chico que pretendió ser expulsado del barrio San Lorenzo por un numeroso grupo de vecinos, que se juntaron con el evidente propósito de incendiar la vivienda donde vivía el menor, al que acusaban de delinquir permanentemente.

La policía consiguió proteger al menor y su familia. Los llevaron a otro lugar. Entonces, la gente aprovechó y le prendió fuego a la casa. Después, derrumbaron lo que había quedado.