Entradera en la casa del ex Jefe de Toxicomanía de Río Negro

Las noticias policiales protagonizadas por policías no tienen freno en Viedma. Hace casi un mes, balearon la casa del Jefe de toxicomanía, luego un subcomisario trasladado apuntó con arma reglamentaria al jefe de la Regional 1, y ahora ladrones rompieron un ventanal e ingresaron en la casa del ex Jefe de Toxicomanía provincial, que a su vez es esposo de la Jefa de la Regional 4 de Choele Choel, quien se encontraba durmiendo en la vivienda.

Sin dudas que no se trató de un robo casual, ya que los delincuentes planificaron la arriesgada entradera. Llevaron hasta el lugar una escalera, que utilizaron para trepar a un paredón de más de dos metros de altura e ingresaron al patio trasero de la casa del barrio Jardín de la capital rionegrina. Una vez allí, rompieron un ventanal y pudieron ingresar a la vivienda por la puerta principal. 

Una vez adentro, agarraron rápidamente todo lo que encontraron en la planta baja y huyeron a la carrera con el botín. En la planta superior dormía, el Comisario Mayor José Ruz, quien hasta hace poco más de un mes se desempeñaba como Jefe de Toxicomanía de la Jefatura policial. Se despertó por el estallido de la ventana.

El hombre se puso de pie y bajó rápidamente, pero sólo pudo ver la puerta entreabierta y ya no había rastros de los delincuentes. Al revisar el faltante de cosas, constató que se habían llevado una costosa bicicleta, llaves de la propiedad, alhajas, y la billetera con dinero en efectivo, y tarjetas de crédito y débito. 

En la carrera por escapar del lugar, los delincuentes dejaron abandonadas en el patio de una casa vecina algunas de las cosas robadas. 

Los investigadores creen que se trató de algún tipo de amenaza contra Ruz, quien coordinó los distintos procedimientos narcos en la provincia.

Este hecho se suma a la balacera que sufrió el subcomisario Morales, Jefe de Coordinación de Toxicomanía de la Regional I, en su domicilio, en el mismo barrio Jardín. Según las pericias, unos 12 impactos de bala se contabilizaron en la puerta  y el frente de la casa. En el momento del ataque, el policía estaba en el interior y sólo atinó a resguardarse para no ser herido por la balacera. Días después del hecho, la Justicia ordenó 11 allanamientos y secuestró distintas armas, entre ellas dos 9 milímetros pertenecientes a policías en actividad que integrarían una banda narco.

A principio de mes, el subcomisario Mauro Gabriel Cacho discutió con los Jefes de la Regional por un traslado, como lo ningunearon por hacer un planteo sin tener puesto el uniforme, volvió a su auto, se puso la camisa celeste y agarró la pistola reglamentaria, con la que volvió a ingresar a la Regional 1 y le apuntó en la cabeza a tres jefes, al comisario Mayor Néstor Coronel, al jefe de Toxicomanía Carlos Oscar Bruno y al subcomisario Alejandro Alvarez. Un proveedor que estaba en el lugar logró interceder y alcanzó a sacarle el arma. El atacante, fue detenido y trasladado al hospital Zatti donde quedó internado por un ataque de nervios. Luego la Justicia lo imputó por amenazas y esta detenido con prisión preventiva. 

La Policía de Río Negro cambió autoridades el 1 de diciembre. La Gobernadora Arabela Carreras le aceptó la renuncia al e Jefe Daniel Jara, quien se mantenía en el cargo desde la gestión de Alberto Werteilneck, y nombró a Osvaldo Tillería. También cambió al ministro de Seguridad y en el área asumió Betiana Minor. A partir de allí el rol protagónico de ella socavó el poder que debía tener el nuevo jefe con sus subordinados. Y en paralelo comenzaron a conocerse hechos en los que los involucrados son policías como la denuncia de una mujer a tres policías (dos de ellos de servicio) en Allen por abuso sexual, o el comisario del barrio Melipal de Bariloche que fue detenido por violar a una agente que tenía a cargo.