Secuestró a su ex y la violó durante tres días

Las ordenes de restricción de acercamiento son una gran herramienta que tiene la Justicia para intentar ponerle fin al padecimiento de una mujer ante la violencia de un hombre. Sin embargo, en la práctica si no existe un control permanente del cumplimiento pierde el sentido y hasta a veces es contraproducente, porque al ser notificado, el violento promete venganza y el nuevo ataque suele ser más grave y muchas veces mortal. 

Una mujer, víctima de violencia de género, fue secuestrada en su propia casa por parte de su ex pareja, quien se metió a la fuerza sin respetar la restricción de acercamiento que pesaba en su contra y la que había ordenado una Jueza de Paz. Durante su cautiverio, la víctima fue sometida sexualmente por el hombre al que denunció y al que nadie controló. Tampoco le dieron las herramientas tecnológicas como para ser socorrida en caso de ser violentada luego de hacer la denuncia, como un botón antipánico.

El hecho sucedió la semana pasada en General Conesa, la localidad rionegrina de apenas 5.500 habitantes, ubicada a unos 160 kilómetros de Viedma. El jueves pasado un hombre violento, el cual había sido denunciado por su pareja por agresiones reiteradas, ingresó a la vivienda de la mujer y la secuestró.

Es que, bajo amenazas y golpes, la tuvo cautiva durante tres días, en los que la abusó sexualmente de manera continua sin respetar el no consentimiento de la víctima. Durante el cautiverio, fue imposible que la mujer pudiera pedir ayuda, del mismo modo que, al estar en la vivienda, nadie sospechó de lo que estaba sucediendo puertas adentro.

La pesadilla y el padecimiento de la mujer duró tres días. El pasado domingo, en un descuido del agresor, logró pedir ayuda a un vecino, quien no dudó en intervenir y dar aviso a la Policía. A los pocos minutos los uniformados de la Comisaría 20° de la localidad llegaron hasta la casa y sorpresivamente lograron detener al agresor.

Durante la formulación de cargos, la fiscal Yanina Estela Pasarelli acusó al violento "por entrar al domicilio de su ex pareja el pasado jueves 17 de marzo y por permanecer allí tres días, en contra de la voluntad de la mujer, a quien sometió a distintos abusos. Cuando la víctima logró pedir ayuda a los vecinos, el hombre fue aprehendido por agentes de la Comisaría 20°". 

La representante del Ministerio Público pidió que se le impute los delitos de abuso sexual con acceso carnal continuado, violación de domicilio y desobediencia judicial, en contexto de violencia de género. La fiscal detalló que "existían medidas dispuestas por el Juzgado de Paz local que prohibían que el hombre se acerque a la mujer y se mantenga en contacto con ella que no fueron respetadas".

Entre las pruebas presentadas hay un acta del procedimiento policial, la copia de la notificación de las medidas dispuestas en el marco de Ley 3040 por la Justicia de Paz y la denuncia penal de la víctima que amplió más tarde a través de una entrevista telefónica.

También se aportó el testimonio del vecino que escuchó el pedido de auxilio de la mujer y convocó a la Policía, como también las pericias realizadas por el personal del Gabinete de Criminalística. Asimismo se detalló que la Oficina de Atención a la Víctima está interviniendo en el caso.

Si bien el defensor oficial Camilo Curi no objetó la acusación, se opuso al pedido de prisión preventiva y propuso una prisión domiciliaria con una tobillera electrónica que permita seguir sus movimientos mientras se desarrolle la investigación judicial.

Al valorar la desobediencia judicial de la orden de prohibición de acercamiento y la posibilidad de atacar nuevamente a la víctima y a los terceros que pudieran aportar testimonios sobre lo sucedido, el juez de Garantías Juan Pedro Puntel tuvo por formulados los cargos y ordenó que permanezca tras las rejas con prisión preventiva.