Durante quince kilómetros por entre varios barrios de Buenos Aires y el Conurbano, un hombre viajó sin vida en el asiento de atrás de un colectivo de la Línea 302 de la empresa Oeste. Rígido y apoyando su cabeza en el vidrio, uno a uno los pasajeros lo observaron “como durmiendo”, hasta que al final del recorrido el chofer trató de despertarlo y se sorprendió al descubrirlo ya fallecido.
Si bien en estos minutos se encuentran trabajando los peritos policiales y judiciales, recolectando testimonios y tratando de rehacer las circunstancias del hecho, por los dichos del conductor del ómnibus el pasajero (de unos 50 años) subió en la estación Liniers y al finalizar “la vuelta” en la terminal de Tres de Febrero, bajó todo el pasaje y quedó “sólo él al final del coche, en los últimos asientos, con la cabeza apoyada en el vidrio”.
Luego de descubrir la rigidez y frialdad de su cuerpo, el chofer dio aviso a la policía y a la atención médica de una ambulancia quienes certificaron la defunción, ocurrida minutos antes.
La muerte del pasajero se produjo en el interno 66 de la Línea 302 e interviene en la investigación la Fiscalía de Morón.