Como sucede en cualquier aula, antes de una exposición de un grupo de alumnos, todo suele ser un caos. Es que los gritos y corridas entre compañeros es algo normal, como también que quien esté al frente del curso pida una y mil veces silencio para poder comenzar a escuchar a quienes prepararon los trabajos. Sin embargo está vez no hizo falta que ningún profesor haga nada para que de repente todo se tiña con un tono sepulcral. Es que la temática de abuso sexual que se trataba removió el padecimiento que debió atravesar una joven de 16 años, quien explotó en llanto y se animó a confesar un secreto que creía superado.
El hecho que llegó a la Justicia a través de la denuncia de una joven y su madre ocurrió hace algunos años, sin embargo un taller de lenguaje artístico de una de las materias de la nueva Escuela Secundaria Rionegrina fue el detonante para que la alumna de tercer año exprese lo que ella misma había escondido por miedo.
El quiebre de la joven se dio en un colegio cipoleño, en el que se trataba la temática de los abusos sexuales, una de las alumnas explotó en llanto ante el asombro de sus compañeros. Ante el resto de la clase, la joven contó en primera persona el padecimiento que le tocó atravesar, cuando un hombre amigo de su madre, con el que circunstancialmente compartían la misma casa, la violó y amenazó para que no cuente lo sucedido.
La chica, explicó que cuando tenía 14 años, su madre le ofreció a un amigo que se quede unos días en su casa, ya que no tenía donde quedarse, producto de algunas cuestiones familiares que había sufrido. En ese ámbito de confianza, fue que el hombre la abusó sexualmente y la amenazó con lastimar a su madre en caso de que ella hablara.
Si bien su comportamiento cambió de allí en más, la víctima nunca contó nada de lo sucedido y hasta lo reprimió para poder continuar con su vida. Sin embargo el tratamiento de la temática en el ámbito escolar le trajo a la memoria el padecimiento y llena de impotencia no pudo contener el llanto.
La profesora que estaba al frente de la clase fue la primera en contenerla y luego desde la dirección se creo el ámbito para que la joven le cuente lo ocurrido a su madre, a quien llamó desde el colegio y la puso al tanto por teléfono de lo sucedido. Como estipula el reglamento, el equipo directivo se puso al frente y acompañó a la familia a radicar la denuncia de manera conjunta.
La oficina de atención a la víctima de Cipolletti convocó a la joven quien tuvo una charla con una psicóloga, como instancia previa al avance de la investigación que deberá contemplar la declaración de la víctima en Cámara Gesell por ser menor de edad. El abusador está identificado y dentro de pocos días deberá ser notificado del inicio de una causa en su contra.