Entró a robar a un almacén, se entretuvo comiendo fiambre y cayó preso

El insólito hecho sorprendió a los vecinos de la localidad sanjuanina de Media Agua este fin de semana, cuando un joven que entró a robar en un almacén y fue detenido de en el interior del comercio. Fuentes del caso informaron que el acusado se entretuvo mientras comía salame, lo que le dio tiempo a la Policía para que llegara al lugar y lo detuviera antes de que escape.

El curioso hecho ocurrió el viernes alrededor de las 5 de la mañana, en un comercio ubicado en la esquina de Avenida San Martín y Barboza y fue descubierto por un vigilador privado de un centro comercial que pasaba por la zona. El hombre no sólo notó que uno de los vidrios del lugar estaba roto, sino que también escuchó ruidos en el interior.

El testigo avisó al personal policial de la Comunal de Sarmiento, que se acercó rápidamente al local junto a los efectivos de la Comisaría Octava, que ingresaron al sitio y encontraron distintos productos embalados, entre ellos pudieron contarse cajas de cigarrillos, una notebook y un parlante.

Sin embargo, lo que más llamó la atención de los agentes de seguridad fue el hallazgo cuatro piezas de fiambres tiradas en el suelo, mientras que una quinta, era una pieza de salame que presentaba mordiscos. Después de revisar el lugar, los policías encontraron cerca de las 6 de la mañana a un joven identificado como Agustín Garay, de 19 años.

El sospechoso estaba tirado en el suelo, con intenciones de no ser visto por quienes lo buscaran. En su poder tenía el cargador de la computadora portátil, dinero en efectivo, alrededor de 1.450 pesos, máquinas de afeitar y otros elementos.

El imputado, quien tendría antecedentes delictivos, quedó a disposición de Cristian Bordón, ayudante fiscal de Flagrancia de turno, acusado del delito de “robo agravado por escalamiento en grado de tentativa”.

Alarmados por la situación, los vecinos de Media Agua reaccionaron de inmediato con varios comentarios en las redes sociales. “Qué bronca me da... ya le robaron varias veces a ese negocio, pobre gente”, reflexionó una de ellos. “Den nombre y apellido del ladrón”, reclamó otro y varios insistieron con ese pedido. “Me imagino que está detenido y no lo van a soltar. Digo, como ya lo conocen en el ambiente delictivo...”, sostuvo otra con sarcasmo.