La advertencia contra pibes de séptimo grado

La guerra narco hace tiempo que está declarada en el sector norte de Roca. Se multiplican los soldaditos armados, en motos que balean sin ningún escrúpulo a todo aquel que atente contra su territorio en la venta de drogas. Las puertas de las casas baleadas son un sello distintivo de este tipo de disputas, pero ahora se agrega una nueva modalidad que es balear la escuela a donde concurren los pibitos que venden para el dealer foráneo.

Los peritos de Criminalística llegaron a media mañana, con las luces del día pudieron contar que no se trataban de dos disparos que dieron en la puerta de la Escuela 357 de Barrio Nuevo de Roca. Sino que en realidad se trataban de 13 impactos. Pero además, una nota colgaba de una de las paredes. En un papelito se podían leer cuatro nombres con apellidos y luego la frase intimidante: "¡¡Sino se van del barrio, los atentados son sobre el establecimiento (público)" con la firma de "La Mafia!!"

Además de llamar la atención los signos de exclamación bien utilizados, con su respectiva entrada y finalización, los apellidos están relacionados con alumnos de la institución. También causa impacto que pibes del ciclo superior que completan su educación primaria en un turno y por la tarde sus obligaciones distan de jugar a la pelota o realizar algún deporte. Sino que, como casi toda evidencia de superación económica en el barrio , está relacionada con la venta de droga.

El director de la escuela, Enrique Coronel reconoció que se dieron cuenta de lo que había sucedido durante la madrugada cuando llegó el panadero, que además de traer los insumos para el desayuno de los chicos, pudo divisar una bala incrustada en la puerta mientras esperaba que le abrieran. A partir de allí le dieron aviso a la Policía, al Ministerio de Educación y a los padres, quienes aterrados piden mayor seguridad para sus hijos.

Los apellidos de los pibes son conocidos. Todos tienen antecedentes delictivos, en especial de venta de drogas. No se trata de narcos importantes, sino que son vendedores de otras personas, peces gordos, que determinan y acuerdan las zonas para poder vender. En esta guerra narco, la usurpación de territorio primero se paga con una casa baleada y la segunda tiene consecuencias más graves. Los vecinos conocen los códigos de este tipo de delitos, por eso, por más que no tengan nada que ver, se cuidan de brindar algún dato para evitar represalias. 

La zona en donde los narcos se mueven con absoluta confianza es el sector norte de Roca, barrio Nuevo, Quinta 25, Alta Barda y hasta algún sector de Tiro Federal. Todo jurisdicción de la Comisaría 21°, un territorio muy amplio y el más poblado de la ciudad, con cerca de 60 mil habitantes. 

Hace algunas semanas, en una reunión de la intendenta con comerciantes de la calle San Juan aseguró que había pedido la asistencia de Gendarmería y que estaba dispuesta a ceder un edificio de la comuna en el barrio para que se puedan ubicar en ese lugar. En la misma asamblea, las autoridades policiales reconocieron que cuentan con un solo patrullero, porque los otros están rotos o fuera de servicio y que son 13 uniformados por guardia, de los cuales al menos tres deben ser administrativos, entonces sólo una decena puede utilizarse para recorridas y prevención.

Los balazos en la Escuela 357 no son nuevos. Hace unos meses, los padres tomaron el edificio y se negaron a que los niños ingresen a las aulas después de un tiroteo que terminó con un proyectil incrustado en un pizarrón. Desde Educación pretendieron calmar la bronca con un paredón de más de 2 metros de altura para que al menos los ladrillos puedan parar las balas, y desde Seguridad ordenaron que haya siempre custodia policial al ingreso y a la salida de clases.