Aunque uno de los efectos de la cocaína es el insomnio, no fue lo que le pasó a un joven reginense. Después de una noche de consumo y excesos, se durmió con un arma en la cintura y se pegó un tiro en los testículos.
Extrañamente, la fiscalía no inició ninguna causa por considerar que no hubo terceros involucrados, sin importar la procedencia del arma y por qué el herido la tenía en su poder.
El hecho se registró el pasado viernes al medio día y la Policía tomó conocimiento a través del personal de la guardia del hospital que informó la llegada de un herido con arma de fuego.
Los policías comenzaron a interrogarlo y el joven confesó que había tenido una noche cargada de excesos. Reconoció que había consumido gran cantidad de alcohol y cocaína y que después de permanecer despierto hasta el mediodía, se quedó dormido.
Aseguró que tenía el arma en la cintura y que al moverse, se escapó un disparo de manera accidental. El dolor fue terrible, porque el balazo atravesó sus genitales y quedó alojado en la pierna izquierda.
El hombre debió ser atendido en la guardia del hospital, donde lo intervinieron para sacarle el proyectil y realizar las curaciones en las zonas afectadas. Fuentes hospitalarias reconocieron que está fuera de peligro.
Lo que llama la atención es la decisión de la fiscalía de no abrir ningún expediente en cuanto al uso y tenencia de arma de fuego por parte del herido. Tampoco se allanó su domicilio para secuestrarla.