El joven santafecino murió horas antes de la denuncia de desaparición

La autopsia en el cuerpo de Enzo Bonabello determinó que no tenía rasgos de criminalidad, como también que la data de la muerte era pocas horas antes de la denuncia de desaparición el 24 de febrero. Lo curioso es que el aporte de una cámara de seguridad redirigió la búsqueda a una zona que ya había sido rastrillada en la ladera del cerro Otto.

Bonabello fue encontrado el sábado pasado. Estaba desaparecido desde hacia 15 días y nada se sabía de él. El caso había llegado a los medios nacionales, donde su familia planteaba la búsqueda y se solicitaba la colaboración de las personas que podrían haberlo visto cuando salió a realizar una caminata por el cerro próximo al centro de Bariloche.

Ante los intentos desesperados por encontrarlo y sin la aparición de ningún rastro, los investigadores solicitaron la colaboración de los vecinos del lugar y de los comerciantes, que aportaron las grabaciones de las cámaras de seguridad. Tras el análisis de miles de horas de filmación, se comprobó que había pasado por una estación de servicio rumbo a la ladera del cerro Otto, por lo que se decidió rastrillar nuevamente una zona que en el mapa ya había sido verificada por el personal de la Policía de Río Negro en el esquema inicial de revisar los senderos y picadas cercanas.

El Ministerio Público confirmó que Bonabello tenía todas sus pertenencias, sus documentos y estaba muy cerca de un sector que utilizan los ciclistas para practicar descenso. El hallazgo fue sorprendente, ya que la investigación había comenzado a girar a un presunto homicidio tras algunos testimonios que lo ubicaban en la zona de circunvalación, en cercanías del Alto de Bariloche, la zona más conflictiva de la ciudad.

El trabajo de los forenses determinó que la hora de la muerte se acerca a la fecha en la que fue denunciada su desaparición el pasado 24 de febrero. El joven era oriundo de Santa Fe y había llegado a Bariloche en enero para trabajar en el rubro hotelero y el último día que se lo vio, había salido del departamento en el que vivía con un amigo y avisó que iba a caminar al cerro Otto.

Al día siguiente ante su ausencia, el amigo realizó la denuncia correspondiente y le avisó a la familia de la desaparición. Un hermano de Bonabello llegó a Bariloche dos días después para participar de los operativos de búsqueda. La Policía coordinó los distintos rastrillajes con epicentro en el cerro Otto. Sin poder ubicarlo, durante los últimos días buscaron en cercanías del Nahuel Huapi, pero la aparición de una grabación llevó nuevamente a los policías a la zona rastrillada anteriormente y allí fue que lo encontaron.