Joaquín Sperani era un joven cordobés de 14 años que estaba desaparecido desde el jueves. El adolescente había llegado a la escuela, pero estacionó su bicicleta y nunca entró. A partir de su ausencia, oriundos de Laboulaye iniciaron una campaña de búsqueda junto con la policía de la ciudad. El domingo, un vecino encontró su cuerpo sin vida en una casa abandonada a casi 100 metros del establecimiento educativo. ¿El principal sospechoso? su mejor amigo de la misma edad.
La provincia de Córdoba se ve completamente conmocionada por la terrible muerte de Sperani, pero más escalofriantes son las circunstancias en las que se dio el hecho. Juan, el vecino que encontró el cuerpo, le detalló a Infobae cómo fue el momento de reconocerlo: “Estábamos caminando con dos primos de él y pasamos por una casa abandonada. Nos metimos. Apenas entramos, vimos el cadáver. Los primos empezaron a gritar. Fue una película de terror. Vi el cuerpo y no lo podía creer. Después de eso llamamos a la Policía y ya nos sacaron del lugar”.
La autopsia determinó que murió por un traumatismo de cráneo que sufrió un daño encefálico que le provocó la muerte inmediata. Según menciona el informe preliminar, el deceso se produjo tras recibir más de 10 golpes en la cabeza.
El principal acusado es inimputable por ser menor de edad y ya fue llevado a un centro penal juvenil. Mariela Flores, madre del fallecido, habló con Telám sobre la posibilidad de que el asesino sea el amigo de su hijo: “Este chico es un psicópata. Era amigo de toda la vida de Joaquín, hicieron la Primaria juntos, cumpleaños. Como familia íbamos al campo de ellos. No había nada que nos llamara la atención”. Asimismo, el padre remarcó que el amigo "era uno más de la familia", como también los padres de él.
César Abdala (intendente de Laboulaye) dialogó con la emisora local LV3 y aclaró que el joven "se desmoronó y confesó" tras no poder explicar por qué tenía el celular de su amigo consigo. Por otra parte, hay imágenes -que fueron incorporadas a la causa- donde se aprecia a los dos rodear el colegio, pero después se ve a un sólo adolescente regresar de forma apurada.
La causa quedó en manos del juez Sebastián Ignacio Moro, quien está a cargo del juzgado de Control, Niñez, Adolescencia, Penal Juvenil, Violencia Familiar y de Género y Faltas de Laboulaye. Al chico involucrado en el hecho lo están resguardando en el Centro de Admisión y Diagnóstico (CAD), donde próximamente le harán estudios diagnósticos, psicosociales y ambientales.