¿Un ‘viudo negro’ que sedujo a Pablo Mieres, entró con él a su casa y huyó tras asesinarlo, robándole dinero? Ésa es una de las principales hipótesis que manejan los que investigan su homicidio, que conmocionó a todo Neuquén, porque el muchacho, que nació en Cutral Co, estaba viviendo en La Plata desde hacía sólo unos años.
Las sospechas que están dando un giro en la investigación están sostenidas en algunos indicios que fueron recabándose. ¿El principal? la vivienda del estudiante (que queda en calle 115 entre 46 y 47) no tenía sus aberturas violentadas, cómo si el asesino tuviera confianza con su víctima.
Además piensan que se ‘forzó’ una escena de robo. Ocurre que en el lugar no había grandes faltantes y, en el piso, un bolso estratégicamente olvidado tenía en su interior una pava eléctrica y otros elementos menores. Lo que si falta y aún no se encontró es el celular de Mieres. Resta aclarar, además, si también se sustrajo alguna suma de dinero que haya formado parte de los ahorros del neuquino.
¿Juego sexual y engaño?
Por otra parte la forma en la que se hallaba su cuerpo también llamó la atención de los investigadores. Es qué, para ellos, se encontró en una pose más sexual que criminal. Se hallaba desnudo, tumbado sobre su cara y con sus manos y pies atados sobre su espalda, que estaban anudados fuertemente con cordones de zapatillas, en una postura que lo inmovilizaba. Pero no tenía ningún tipo de mordaza en su boca, algo que también indicaría que no se buscó silenciarlo.
Ahora se aguardan los resultados de la autopsia a la que fue sometido su cuerpo. Hasta el momento trascendió que, salvo dos marcas en su rostro, no tenía indicios de lesiones de arma blanca ni de fuego. Tampoco de una golpiza que hubiera dejado rastros de hematomas en su contextura.
¿Quién era Pablo Mieres?
Pablo tenía 37 años, nació en Cutral Co, residió en la capital neuquina y desde hacía unos años vivía en Buenos Aires.
Se radicó allí para estudiar Licenciatura en Biotecnología en la Universidad de La Plata. Era secretario de Asuntos Estudiantiles de la Facultad de Ciencias Exactas. Además, a lo largo de su vida universitaria, participó en múltiples actividades solidarias, entre ellas, muchas efectuadas durante la pandemia por COVID-19.
También colaboró un tiempo en el vacunatorio del Hospital San Martín. Tenía una fuerte vocación por la salud pública y, más allá de su rol institucional, era conocido por su sensibilidad artística y participación en espacios culturales. Tocaba instrumentos y formaba parte de actividades corales, lo que le valió el afecto de colegas, estudiantes y amigos.
Con respecto a su sexualidad, la vivía con total libertad y sus familiares y amigos conocieron a todas sus parejas. Aunque se desconoce hace cuánto que estaba con su último novio, un hombre colombiano que será interrogado. Justamente él no se encontraba en la previa del crimen. Eso refuerza la idea de que Mieres aprovechó la ausencia de su novio para intimar con otra persona.