Las 1200 Viviendas de Cipolletti son un campo de batalla. Un día después de un nuevo tiroteo a plena luz del día y frente a la Subcomisaría 79°, la Justicia le formuló cargos a David Alexis Romero, de 27 años, quien fue acusado por intento de homicidio contra un joven de 16 años, al que le dio un disparo de 9 milímetros en una de sus piernas. Quedó preso con prisión preventiva porque ya tiene antecedentes.
Según la acusación del Ministerio Público Fiscal, Romero irrumpió en una vivienda de la calle Scalabrini Ortiz, intimidando a los presentes. Pero el horror alcanzó su punto máximo cuando un adolescente de 16 años apareció en escena. Sin dudarlo, el agresor levantó su arma y disparó, con la clara intención de arrebatarle la vida.
El proyectil impactó en la pierna del joven, quien cayó al suelo en medio del pánico y los gritos desesperados de su familia. La muerte acechaba, pero la rápida intervención de los profesionales de salud logró evitar lo peor.
Minutos después, efectivos policiales capturaron al atacante en las inmediaciones del lugar. Llevaba consigo un arma cargada, prueba irrefutable de su intención homicida.
Un barrio dominado por el miedo
Este no es un hecho aislado. Las 1200 Viviendas han sido tomadas por el crimen organizado, con bandas que se disputan el territorio a sangre y fuego. A pocos metros de la Subcomisaría 79°, el búnker "Reina Blanca" sigue operando como un fortín narco, a pesar de los múltiples allanamientos.
Los enfrentamientos entre grupos armados han dejado un rastro de cuerpos y venganzas inconclusas. En febrero, Luciano Quidel intentó tomar el control del búnker con un grupo de secuaces, pero fue recibido a tiros. Murió en la calle y su vehículo apareció incendiado días después, como un mensaje encriptado.
La violencia no ocurre al azar. Responde a figuras que han construido un imperio de miedo. Sergio Guajardo, condenado por múltiples enfrentamientos, sigue dominando el escenario criminal desde la cárcel, junto a su mano derecha, Lautaro Villa.
Durante la audiencia de formulación de cargos, la fiscalía presentó un contundente cuerpo de pruebas: testimonios clave de dos mujeres que presenciaron el ataque; declaraciones de agentes de seguridad que participaron en el operativo; informes del gabinete de criminalística, con análisis científicos y pericias sobre el arma secuestrada; registro de reincidencia, que confirmó los antecedentes penales del acusado:
La jueza de Garantías, tras evaluar los elementos presentados, admitió la formulación de cargos por tentativa de homicidio agravada por el uso de arma de fuego y ordenó cuatro meses de prisión preventiva para el imputado mientras se avanza en la investigación para elevar la causa a juicio.