Un violento robo ocurrido en pleno centro de la ciudad sigue dando vueltas en los pasillos judiciales. Los protagonistas: Ángel Adrián Álvarez y Juan Emanuel Cáceres, dos sujetos que, según la acusación, entraron a un comercio con un cuchillo y una pistola de utilería, y se llevaron mercadería y una buena cantidad de plata. Pero cuando todo parecía encaminado para que enfrentaran cargos formales, un cambio de abogados les dio aire y patearon la audiencia para más adelante.
El hecho ocurrió el 29 de enero, pasadas las 12 de la noche, en Mitre al 300, una zona comercial muy transitada durante el día. Según la investigación, los dos entraron al local con una réplica de arma de fuego, un cuchillo y un arma de aire comprimido. Amenazaron al empleado, lo encañonaron y le exigieron que entregara la recaudación y varios productos de una vitrina.
El monto total del robo fue de unos 900 mil pesos, entre efectivo y mercadería. Todo quedó registrado en cámaras de seguridad, lo que permitió avanzar rápidamente con la investigación y apuntar contra los sospechosos.
La fiscalía, encabezada por Gerardo Miranda, quiere encuadrar el caso como robo agravado por el uso de arma blanca y arma de utilería, dos figuras que elevan la pena y complican la situación de los acusados. Pero el trámite judicial se topó con un imprevisto: los dos imputados compartían defensor público, y como entre ellos habría diferencias en sus versiones del hecho, hubo que nombrar a un segundo defensor.
Eso obligó a suspender la audiencia de formulación de cargos, ya que uno de los abogados pidió más tiempo para interiorizarse en la causa. El juez dio lugar al planteo y el caso quedó en pausa. Mientras tanto, Álvarez y Cáceres siguen detenidos y el expediente avanza entre declaraciones cruzadas y pruebas grabadas.