Se analiza otra vez aumentar castigo a quienes crucen en rojo

Después que otra persona perdiera la vida al ser atropellada por un vehículo que cruzó un semáforo en rojo, en la multitrocha de la ruta 22, volvió a cobrar fuerza la iniciativa de aplicar una "pena máxima” a los conductores que protagonicen este tipo de infracción.

El siniestro que provocó que se retomara el debate rápidamente ocurrió el jueves a la noche (ver aparte), y fue como la gota que rebasa el vaso. A tal punto que se comenzó a insistir en la necesidad de aplicar mayor severidad (un tema recurrente) a este tipo de infracciones, y llegar, por ejemplo, a la retención inmediata de la licencia para conducir, con la inhabilitación que eso supone, a quien infrinja esta sencilla pero poco respetada regla de tránsito.

Esto, obviamente, sin considerar lo que se haga desde el ámbito judicial, en relación  a los castigos que están dispuestos en el Código Penal. Lo que se evalúa, concretamente, es aumentar penas aplicables por las autoridades municipales, las encargadas de velar cotidianamente por el respeto a las normas de tránsito, particularmente en una ciudad cada vez más compleja en este sentido como es la capital neuquina, que padece un notorio colapso en algunas horas pico, durante todos los días laborables.

En la multitrocha de la ruta 22, una virtual avenida urbana que recorre a lo largo el ejido urbano de Plottier y Neuquén, el no respeto a los semáforos en rojo, sobre todo en los peatonales, es muy frecuente y verificable. Sin embargo, no se percibe un control estricto en estos cruces, que son pocos, pero importantes para peatones, ciclistas y motociclistas, que lo utilizan masivamente.

Cualquiera que se pare a verificar esta situación, podrá comprobar cómo muchos conductores no solo no frenan cuando ya el semáforo pasa del amarillo al rojo, sino que frecuentemente aceleran, con el gran peligro que esto implica para quienes se aprestan a cruzar.

Rubén Boggi