Un respiro para salud mental

El viernes pasado trasladaron fuera de la sala de internación, al detenido por el homicidio del ingeniero. Y los enfermeros levantaron el paro.

Luego de que los enfermeros se declararan en paro por tiempo indeterminado, por la falta de una respuesta final sobre el reclamo de no más detenidos en la sala, llegó una medida que descomprimió notablemente la situación. Luego de 50 días de permanencia en dicha sala, se decidió trasladar al acusado de homicidio a una habitación privada en el cuarto piso; la misma, no pertenece a ningún servicio en particular y sería en un sector recientemente remodelado.

Mientras todo comienza a normalizarse en la internación de salud mental, el "paciente" en cuestión continuará custodiado por la policía y acompañado por un familiar. Los médicos y psicólogos seguirán evaluando al joven en el cuarto piso, pero los enfermeros decidieron no volver a tomar contacto con él porque no lo consideran un paciente, y le sugirieron a las autoridades que el servicio sea cubierto por un enfermero contratado por su obra social.

Pese a que esta noticia trajo algo de paz luego de las dos crisis generadas por los detenidos alojados en el servicio, los episodios dejaron un clima de tensión en el área. Las mayores rispideces se ven reflejadas entre el cuerpo de enfermería y Máximo Mantilaro, el jefe de salud mental. De hecho, durante el traslado del joven al cuarto piso, le gritaron "traidor" por los pasillos en varias oportunidades. La tensión reinante es innegable.

Si bien nadie lo confirma, se supo que muchos enfermeros quedaron distanciados de los profesionales médicos y psicólogos. Y esto sería porque en este reclamo quedaron solos, a diferencia del caso del femicida de Rincón de los Sauces, donde se vio más compromiso de todos los involucrados. Cuestionan también la tarea interdisciplinaria, y hasta la califican de "una gran mentira".