Recordaron a un combatiente con himno, pericón y tortas fritas

Unas quince personas se reunieron a la vera de la ruta 43, en un lugar del norte neuquino que se llama Malal Caballo. Allí sólo hay un monolito, dos mástiles y la imponente Cordillera del Viento. Recordaron a un familiar de la zona que peleó en Malvinas.

Pedro José Olave, que partió a las Islas Malvinas desde Cinco Saltos donde aún reside, tiene sangre de Huinganco y del “Alto Neuquén”.  Su foto en la trinchera malvinense recorrió el mundo de la mano de la revista “Gente” y de medios ingleses.

Ayer, sus familiares, conocidos y vecinos del norte neuquino se reunieron para recordarlo a él y a los héroes de la guerra, en Malal Caballo, uno de los puntos más altos de esa región de la Cordillera del Viento. La convocatoria fue espontánea y allí partieron desde Huinganco, Andacollo, Chos Malal y algunos puestos cercanos.  Se juntaron donde hay un pequeño monolito y dos mástiles para la bandera provincial y la Argentina, que desde hace años recuerda la última batalla por la Independencia en el continente americano y se lo conoce como la “ruta de los Pincheira”.

Alguien preguntó qué se podía hacer con harina, grasa y una olla. En la caja de una camioneta comenzó la amasada y al rato sobre un “fuego cuidado” ya chirriaban las torta fritas. Alguien puso música y salieron las cuecas, rancheras y hasta un pericón. Un arreo de chivos volviendo de la veranada, también pasó por el lugar. Una tarde espléndida acompañó el humilde encuentro donde hubo himno, baile y trota fritas preparadas por el grupo de motoqueros “Norte Neuquino” de Chos Malal.

El vecino huinganquino Isidro Belver publicó en su cuenta de Facebook que el momento fue “un día de gloria Malvinera en Malal Caballo!. Emoción, recuerdos, canto a pleno pulmón a la bandera , himnos (hasta lenguaje de señas!), y Malvinas! Debe haber sido, seguro, el lugar a mayor altura de la Patagonia donde se les cantó a nuestras hermanitas del Sur!”.

Detalló la participación de cada uno de los vecinos del lugar, la cocción en grasa derretida de las torta fritas y el baile de danzas como el pericón y otras.

Hace dos años, el mismo Belver había publicado la historia de Olave con el título “El aire de la cordillera del viento estuvo en Malvinas”.

Recordó que “un 2 de abril, allá por el ´82, me despabiló a esa hora temprana el cuchicheo y sobre todo caras sorprendidas, incrédulas, de compañeros docentes frente al mástil de la vieja escuela 76, izando la diaria bandera escolar:

-¿Escuchaste la Colo Colo?.. Argentina invadió Malvinas!!.... ¿Será cierto?... -Quéeeee???... Cuándo?

-Hoy a la madrugada empezaron a pasarlo las radios chilenas, con grabaciones de radios argentinas de Buenos Aires...

-Después de izar la bandera vamos al fondo a tratar de escuchar LU5.

Y la banderita huinganquina, se alzó al aire de la Cordillera del Viento, como seguramente, pensábamos, estaría flameando orgullosa, allá lejos, en el frío de Malvinas. Y fuimos al fondo, y pudimos entre ruidos, escuchar LU5 y ya seguros, volvimos a dar la noticia; rebuscamos la marchita de Malvinas, copiamos la letra cantándola el que supiera y enseñándola a los chicos. ¡¡¡¡Y.... queríamos saber más!!!! Pero ni una sola radio argentina se podía escuchar después de la salida del sol... ¡¡¡¡se iba la onda!!!! Así que a escuchar radios chilenas o radios de onda corta, con suerte, de alguna radio argentina... A la noche, supimos la verdad: ¡¡¡¡¡Argentina recuperó las añoradas Islas Malvinas ese glorioso 2 de Abril!!!!!. Después vendría lo demás... lo conocido, lo escondido, lo mentido, la derrota, la triste vuelta a casa de los héroes bajo la vergüenza ciudadana y el olvido e indiferencia por años...”.

Agregó que Olave es hijo de José María, nativo de Huinganco y que pertenece a “una de las tantas familias de la zona que en los 60 tuvo que emigrar al Valle, en un éxodo doloroso, al acabarse la minería del oro. Un nieto de pioneros fundadores, del mismo nombre, al que el pueblo recuerda y homenajea en el Museo Municipal, con el nombre de su abuelo, Pedro  José Olave, en lo que fue el terreno, las plantas, el molino, la higuera centenaria y su antigua casona remozada”.