Los rionegrinos votaron en verde en el Senado y en Diputados

No es casual que tanto los diputados como senadores de Río Negro votaran a favor de la ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo. Si bien hubo negociaciones hasta minutos antes de comenzar la sesión y fue el propio presidente Alberto Fernández el que se garantizó que Silvina García Larraburu cambie de opinión respecto al aborto legal y una promesa de veto que le hizo a Alberto Weretilneck en el texto de uno de los artículos del proyecto.

Los representantes rionegrinos respetaron la historia de una provincia que supo marcar el camino en leyes de salud sexual y reproductiva. Fueron Marta Milesi y Amanda Isidori las que se plantaron en otra época y lograron que la denominada pastilla del día después y la ligadura de trompas sea un derecho y no un privilegio de quienes podían pagar por eso. Y, al igual que sucedió ayer en la casa de García Larraburu, tanto la histórica legisladora cipoleña como la de Río Colorado, fueron declaradas personas no gratas y casi anticristo por la Iglesia Católica. Aún se recuerda un cruce televisivo entre Milesi y un obispo del norte de nuestro país, quien estuvo a un paso de pedir el regreso de la horca para la cipoleña.

En diputados, el proyecto enviado por el presidente tuvo los votos a favor de los cinco representantes de Río Negro, sin banderías políticas, Martín Soria, Graciela Landriscini y Ayelén Sposito del Frente de Todos, Lorena Matzen de Juntos por el Cambio y Luis Di Giacomo de Juntos Somos Río Negro, no tuvieron dudas y pintaron de verde su voto.

En el Senado se generaban las dudas. Es que García Larraburu votó en contra en 2018. Pero ya hace casi un mes había anunciado que su voto podía cambiar, porque el proyecto era distinto al enviado por el macrismo en aquel momento. Ayer en su exposición planteó una situación común para toda la sociedad. Habló de deconstrucción y perspectiva de género. Y relató el proceso que transitó durante dos años para llegar a votar a favor. Situación explicada con lágrimas que brotaban desde sus ojos. 

Cambiaron las épocas y la dirigente de Bariloche lo sabe, lo experimentó y votó en consecuencia. Luego, decenas de cruces pequeñas y con baberos que representaban bebes muertos, fueron clavadas en el ingreso a su casa. Un claro amedrentamiento de quienes no entienden el verdadero valor de la democracia y el respeto por quienes piensan distinto. Los mismos que tiraron pintura negra sobre los pañuelos de las Abuelas y Madres de Plaza de Mayo, hace algunas semanas, y en el mismo lugar donde aparecieron otros (o los mismos no se sabe porque estaban enmascarados) vestidos como miembros del Ku Klux Klan con una jeringa en contra de la vacuna rusa.

El voto del camporista Martín Doñate era el más claro de los rionegrinos. El oriundo de Luis Beltrán se había manifestado a favor y en la sesión aseguró "voy a votar favorablemente. Voy a votar por cda mujer de mi patria, por su libertad de decidir, por la autonomía de su voluntad. Porque esta ley no obliga a nadie a abortar. Simplemente le reconoce el derecho y la libertad de hacerlo", argumentó.

Hasta poco antes de iniciar la sesión, Weretilneck se mantenía en su postura de abtenerse si no se realizaban cambios en el proyecto. Una situación que generaba incertidumbre en el resultado final y si se aceptaban los cambios, el proyecto debía volver a diputados. La promesa de una veto parcial por parte del presidente en el momento de la promulgación encauzó el voto verde del cipoleño.

El Ejecutivo prometió el veto parcial del artículo 4 inciso B que habilita la posibilidad de la realización de un aborto después de la semana 14 en caso de violación o en el caso de que estuviera en riesgo la vida o “la salud integral” de la persona gestante. La palabra “integral” generaba preocupación y la promesa es borrar esa palabra del texto. 

Finalmente la elección fue 38 a 29 con una abstención. Y los rionegrinos respetaron la historia que la ubica a la vanguardia en leyes progresistas que gene