Comedor neuquino desbordado de gente que no tiene para comer

El empuje y la garra solidaria no tiene límites en Neuquén a pesar de la pandemia. En el comedor y merendero de la toma Ruca Antú siguen preparando viandas de comida para más de 200 niños y adultos. 

Yanet Carrillo, hace cuatro años, tuvo el gran gesto de abrir las puertas de un nuevo espacio en la calle Trabajadores de la Industria, al norte del Parque Industrial, para los más pequeños de la región. Coordina el grupo de cocineras que hace un mes atrás armaban las viandas calentitas para unos 34 chicos (entre niños y niñas).

Ruca Antú, está abierto de lunes a sábado, hacen el desayuno desde las primeras horas de la mañana y la cena, también los mismos días a las 19:30 horas. 

Debido al distanciamiento social, no están comiendo dentro de las instalaciones: "Lo que estamos logrando es poder darles en mano a quien venga a buscarlo", en la noche de este jueves le entregaron por ejemplo "a un padre para él y sus tres hijos. También a una madre que tiene siete hijos y así sucesivamente". 

 A raíz de la cuarentena obligatoria que rige en toda la Argentina, y por supuesto, también en la región, provocó que muchos vecinos desocupados, con changas o trabajos informales, no tengan un ingreso diario hace casi un mes y debieron concurrir todas las noches por su cena. 

Ante esta situación, preocupados por la cantidad de gente que necesita ser asistida y busca "algo para comer", Yanet, afirmó a este medio que en su momento vendía empanadas para poder juntar dinero y solventar los gastos de la mercadería. Pero ahora "es imposible, queremos ayudar a todos y no damos a basto. En estos cuatro años que tengo el comedor nunca pedí donaciones, nada, pero ahora se nos hace cuesta arriba".