FARAÓNICO
¡Pensó un Canal de Panamá, pero en la Patagonia!
Inmensa, como nuestra meseta, fue la imaginación de un hombre que proyectó comunicar los océanos. Claro: ¡había que subir y bajar la cordillera!
Ocho años después de la puesta en marcha del Canal de Panamá que permitió la navegación entre los océanos Atlántico y Pacífico, Antonio Rodríguez del Busto propuso realizar una obra similar en nuestra Patagonia. La idea fue construir un canal que partiera al sur de Comodoro Rivadavia, cruzara la meseta, algunos lagos, la Cordillera de Los Andes y llegara al Pacífico en la región chilena de Aysén.
La imaginación de este hombre, venido de Galicia y radicado en la Argentina, la plasmó en una obra que llamó “Canal de navegación interoceánica a través de América del Sur” y la presentó en el Congreso Internacional de Ingeniería de Río de Janeiro, en 1922.
Si bien el proyecto nunca superó su trazado en la tinta de los papeles presentados, se suma a la larga lista de ideas e iniciativas faraónicas que pueblan la historia de la Patagonia. El investigador chubutense Patricio Donato desempolvó aquella teoría en diálogo en el programa “Viaje al puerto de la noche”, por AM 550 y 24/7 Noticias.
El trazado debería recorrer, a través de un canal de importantes dimensiones, aproximadamente 550 kilómetros de territorio patagónico argentino desde el Golfo San Jorge (Chubut) hasta el Golfo de Penas, en la región de Aysén (Chile), pasando por el lago binacional Buenos Aires / General Carrera. Y otro elemento a resolver en la obra: el ascenso y descenso de los casi 2000 metros de altura sobre el nivel del mar que tienen los pasos cordilleranos en esa zona norte de la provincia de Santa Cruz.
Inmensa, como nuestra Patagonia, es también la lista de obras y emprendimientos que consumieron horas, papeles y energías hasta que el viento de la realidad las ubicó en su lugar.
