Taxistas abrazaron el hospital: “Miguel está peleando por su vida”

“Hoy no importa el cartel, amarillos somos todos. Queremos agradecerles por estar acá porque Miguel está en un estado complicado, está peleando por su vida. Sus riñones, su corazón, sus pulmones están funcionando bien, pero tiene una gran inflamación en el cerebro, les pedimos que sus oraciones se concentren ahí. Su esposa y su hijo lo están esperando. Gracias a todos”, dijo entre lágrimas Martín Cides, propietario de la empresa Radio Taxi Ciudad y además, cuñado del chofer baleado.

“Acá se ve el compañerismo, queremos agradecer a los médicos y a todo el personal del Hospital, por eso pedimos un aplauso por la vida de Miguel”, expresó, en la vereda del Hospital Castro Rendón, donde el taxista de 33 años se encuentra internado, y su estado sigue siendo crítico. El aplauso duró varios minutos, de parte de familiares, compañeros y comunidad en general que respondió a la convocatoria. Al final, todos se fundieron en un fuerte abrazo con el hijo de Miguel Sisterna.  

Cides también agradeció el apoyo “a la gente del municipio, de la provincia y la justicia”. Pero fue enfático en su reclamo: “Los que hicieron que paguen, que la justicia haga lo que tiene que hacer. A las horas que pasó lo de Miguel, hubo un asalto en Valentina y luego otro en Cuenca XV y la Policía no hace nada. Y la justicia tampoco. Si nosotros sabemos donde están los kioscos narcos, donde venden cerveza, la Policía también sabe”.

El viernes pasado, alrededor de las 16 horas, Sisterna circulaba por calle Casimiro Gómez casi Cabellera del Frío, en el barrio Cuenca XV. Llevaba un pasajero, que se salvó de milagro. Desde una camioneta color negro, que pasaba a la par, comenzó una lluvia de disparos y una de esas balas le impactó de lleno en la cabeza. La investigación la lleva adelante la fiscal María Eugenia Titanti y hasta el momento no había ordenado detenciones. También trascendió que seguían buscando el vehículo involucrado, ya que “no estaba registrado”.

El tiroteo en Cuenca XV puso otra vez en agenda la inseguridad, pero además, el malestar en barrios neuquinos -particularmente en el oeste- cuyos vecinos se sienten abandonados, y rehenes de bandas que protagonizan violentos hechos, a cualquier hora del día.

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