El protocolo sanitario instrumentado en el transporte público de pasajeros en la capital neuquina es transgredido, porque hay horarios durante los cuales hay pasajeros que viajan de pie, pese a que la indicación es no hacerlo, para mantener la distancia preventiva suficiente.
Esto se ha comenzado a notar con fuerza en los últimos días, y sucede pese a que se ha reducido mucho la cantidad de pasajeros, que no supera el 20 por ciento de lo que indicaban los tiempos "normales" anteriores a la cuarentena. También es cierto que se ha reducido la cantidad de colectivos en servicio, precisamente como consecuencia del dato anterior.
Pese a estas circunstancias, hay determinados horarios y circuitos del transporte en los que se ha constatado que viaja gente parada, con la totalidad de los asientos ocupados. Esto, en teoría, no debería ocurrir, según los parámetros establecidos por el protocolo para el transporte público.
Desde el municipio, se hacen controles, o, por lo menos, se hacían. También se ha bajado línea de no utilizar en lo posible el transporte público, acudiendo a las bicicletas, por ejemplo.
Pero, muchas veces, hay una distancia apreciable entre la intención y la realidad. Parece ser el caso del transporte público en Neuquén.