Un cipoleño llevaba nueces en bolsas de abono

Un cipoleño que llevaba en un furgón 480 kilos de nueces peladas que no estaba aptas aptas para consumo, debió bajar la mercadería y dejarla en el puesto caminero de Choele Choel. Una patrulla de SENASA detectó que los frutos secos estaban dentro de bolsas que habían sido utilizadas para almacenar un abono químico, por lo que no estaba garantizada la salubridad del producto.

El procedimiento se desarrolló durante la madrugada del miércoles en la ruta 22 a la altura del puesto caminero de Choele Choel. Desde la Policía explicaron que las nueces peladas eran transportadas en bolsas contaminadas y su contenido era perjudicial para la salud. El personal ubicado de consigna frente al destacamento detuvo a un furgón IVECO Dally conducido por un cipoleño, quien manifestó que viajaba desde Beltrán hasta esa ciudad del Alto Valle.

El personal de SENASA le solicitó al chofer del furgón que abra las puertas del sector de cargas para realizar un control de rutina. En la caja se encontraron 24 bolsas reutilizadas de urea, que en su interior había en total 480 kilos de nueces descascaradas y sin el correspondiente rotulado.

Al requerirle la documentación correspondiente, que avale el origen y el registro del producto transportado, el conductor manifestó que no tenía, pero que las había comprado en una chacra de Beltrán. Además, las bolsas en las que eran transportados los frutos secos habían sido utilizadas anteriormente para almacenar urea, un abono químico muy tóxico para los humanos. Por lo que las nueces podrían resultar perjudiciales para la salud.

De esta manera se procedió al decomiso de la mercadería por crear un riesgo alimentario. Si bien se desconoce el destino final de las nueces, en esta época del año son muy utilizadas junto con otros frutos secos para realizar budines y panes dulces de gran demanda durante las festividades de navidad y año nuevo. Se estima que el valor de este cargamento puede superar el medio millón de pesos.