Emergencia hídrica y el Chocón muy bajo

En los últimos días, la Autoridad Interjurisdiccional de Cuencas (AIC) ratificó la emergencia hídrica para la cuenca de los ríos Limay, Neuquén y Negro y alertó sobre el peligro que puede correr la provisión de agua para las localidades y la producción energética. Tal como lo hizo varias veces el año pasado, la AIC replicó los alertas ante la baja pronunciada en los caudales de los ríos mencionados y de los afluentes que le inyectan el líquido en sus nacientes.

Paralelamente, varias ciudades que son abastecidas por estos cursos de agua fueron asistidas por el gobierno neuquino para aumentar la absorción a través del bombeo o el alargue de cañerías. En este sentido, fue el intendente choconense Nicolás Di Fonzo quien destacó la ayuda provincial ya que la bajante del lago Ramos Mexía complicaba el normal abastecimiento para la población.

En cuanto a la continuidad de la declaración de emergencia hídrica, las provincias patagónicas ya la habían declarado entre septiembre y agosto del año pasado, no hace más que poner en superficie una grave situación que se registra en la región sur del país, nada diferente a la que  se observa en otras zonas del país.

La AIC señaló oficialmente que luego de la demanda de riego (a fines de abril) se reducirá el caudal tanto en Arroyito como en San Patricio del Chañar, aunque a esta medida le deberán seguir las obras necesarias en cada localidad para realizar bombeos y alargamiento de las cañerías que toman el agua. En este sentido, específicamente sobre la ciudad de Neuquén, apuntaron a realizar trabajos en las tomas de agua ubicadas en las calles Anaya y Río Negro, sobre el río Limay.

Además, en un entrecruzamiento de información climática, se adelantó que las condiciones que provocaron la actual sequía continuarían en este 2022.