Se cumplen once años de la tragedia aérea de Sol

A las 20.05 del 18 de mayo de 2011, comenzaba el último tramo del vuelo 5428 de la aerolínea Sol, que se había iniciado en Rosario, y tras hacer una escala en Mendoza, partía desde Neuquén con rumbo a Comodoro Rivadavia. Minutos después de las 21, en plena meseta de Somuncura, en la Línea Sur rionegrina cayó por efecto del hielo en las hélices y el fuselaje. No hubo sobrevivientes.

Cerca de las 19 de ese día, llegaron al aeropuerto Juan Domingo Perón de Neuquén, Juan Manuel Ruiz y Darío Runjevac, ambos gerentes de la empresa Key que presta servicios petroleros, debían viajar a Comodoro, donde al otro día a las 10 de la mañana debían tener una reunión de trabajo.

En la sala de espera del aeropuerto, Rubén Demaría también aguardaba la partida del avión Saab 360A matrícula LV-CEJ de la compañía con sede en Rosario. Allí se encontró con su compañero Emanuel Olivera, ambos empleados de la empresa de servicios de ingeniería y arquitectura Ciar, los dos viajaban por cuestiones de trabajo.

Hugo Di Filippo y Fernando Pulozzi también tomaron el vuelo en Neuquén y los estaban esperando en la ciudad chubutense, donde terminaba el viaje.

Después de pasar unos días en Neuquén, Carina Soledad Mancilla y su pequeño hijo Santiago Benjamín Sloper de 10 meses, regresaban a su casa de Pico Truncado en Santa Cruz. Su esposo y padre de la criatura, Daniel había viajado a buscarlos a Comodoro Rivadavia, donde se enteró de la tragedia.

Además de los pasajeros que subieron en Neuquén, también viajaban Luis Vargas, periodista deportivo mendocino radicado en Villa Nueva; Guillermo Castro; Andrés Cerioni; Eduardo Musacchio, geólogo y profesor de la Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco; Gustavo Basaldúa, Gerente de la sucursal Comodoro Rivadavia del Banco Credicoop, Juan Carlos Begovic, ingeniero que ocupaba uno de los máximos cargos de la empresa Clear del grupo INdalo de Cristobal López; Marcelo Frías, técnico de inyecciones petroleras que trabajaba en Comodoro Rivadavia; Antonio López, trabajador petrolero cordobés radicado en Chubut; Jorge Jacomes, mendocino de una empresa petrolera; Diego Córdoba, de Luján de Cuyo también prestaba servicios en Chubut; Sara Tula. Había viajado a Mendoza hace un mes por cuestiones familiares, pero regresaba a Comodoro Rivadavia, donde trabajaba atendiendo el kiosco de diarios del aeropuerto.

Los familiares y amigos de las 22 víctimas aún esperan Justicia. Si bien se conocieron las causas de la caída del avión, por engelamiento debido a la acumulación de hielo en las hélices y el fuselaje, no hay responsables. Los especialistas suecos que realizaron las pericias destacaron que el Saab 360A no fue fabricado para volar en rutas con semejantes temperaturas bajo cero.

La empresa culpó a la tripulación por realizar maniobras que no estaban de acuerdo con el manual de vuelo y lo que debían hacer en caso de engelamiento. El ex Juez Federal de Bariloche, el polémico Leónidas Moldes, quien ordenó enterrar parte de los restos que habían quedado dispersos en la meseta, cerca de Prahuaniyeu cerca de Los Menucos, benefició a tres directivos de la empresa.

Moldes en 2012 firmó el sobreseimiento para Danilo Alberto Pojmaevich, Horacio Gabriel Angeli y Juan Alberto Nyffenegger, gerente, presidente y vicepresidente de Sol Líneas Aéreas. Pero la Cámara Federal de Roca decidió escuchar a los familiares que presentaron una revocatoria contra el fallo de Moldes, en el que objetaron la calificación legal  de estrago culposo y reclamaron la conducta de los directivos sea analizada bajo la figura dolosa que prevé prisión de dos a ocho años para el que "a sabiendas ejecutare cualquier acto que ponga en peligro la seguridad de una nave, construcción flotante o aeronave".

Pero luego de esto, no hay mayores avances en la causa judicial por el hecho que hoy cumple 11 años.