¿Podrá el amor de una niña de 7 años torcer las reglas del mercado?. ¿Alcanzará la campaña publicitaria de la pequeña para remontar la falta de ventas?. ¿A los siete años, la niña cipoleña chocará con sus papelitos contra la marea de la virtualidad?.
Sin detenerse en estas preguntas, una niña de siete años de Cipolletti salió a pegar carteles en las columnas de iluminación, invitando a comprar en la tienda de su madre.
La vio tan angustiada a su madre por la falta de clientes y las escasas ventas que se registran en el comercio familiar de la calle 9 de Julio, que no dudó en tomar un marcador negro, escribir “Vengan a Milano Telas”, recortar los papelitos y salir con una cinta a pegarlos en las columnas verdes y algunas paredes de los alrededores.
Alejada de la página en internet que tiene el local, de los posteos en las redes sociales de su tía, de la publicidad que puede realizar el negocio en los medios de comunicación, ella tomó el problema por las astas. Se involucró de tal manera en dar una mano para remontar el negocio, que no lo dudó.
La foto se viralizó, la ternura desbordó las redes sociales y –esperemos- también los clientes llegarán a ese comercio. No sólo por las ventas que pueda tener la familia, sino fundamentalmente para que la pequeña vea que su empresa dio resultados, que hay que ponerse al frente de los problemas y que todo está permitido, menos bajar los brazos.
“Vengan”….que este es el mundo que quiere hacer la niña de Cipolletti.