ASMR: buscando un poco de satisfacción

Por Hernán Di Menna

Las redes sociales tienen ese “no sé qué” que nos empapa de novedades a diario y donde nos sumergimos como con un snorkel a mirar en las profundidades de la marea que es Internet. Las tendencias se multiplican y nos muestran un sinfín de misceláneas: desde bailes y coreos en TikTok, memes de los más creativos en Twitter o la posibilidad de ver como por una rendija un poco de la vida de famosos y celebridades en Instagram. Youtube nos permite vibrar con recitales, repasar antiguos programas de TV o consumir creaciones propias de youtubers de las más diversas.

En estas aguas está creciendo el ASMR, una especie de mezcla perfecta entre una sesión de spa, con meditación y técnicas orientales que es furor en todas las plataformas. Millones de visitas y reproducciones en todo el mundo ponen a esta tendencia entre las más consumidas de las redes. Entrando a las definiciones podemos encontrar que las siglas en inglés corresponden a Autonomous Sensory Meridian Response (Respuesta Sensorial Meridiana Autónoma). Y lo más llamativo es que no todos los seres son permeables a este tipo de actividad. Algunos pueden no percibirlo o por el contrario al objetivo principal, generarles estrés o incomodidad. Pero veamos que les provoca a los que sí lo detectan.

Orgasmo cerebral

El ASMR es una experiencia física y psicológica que se ha convertido en fenómeno viral desde su aparición en redes hace poco más de una década. Su objetivo suele ser ayudar a dormir o relajar al espectador y se manifiesta a través de una serie de sensaciones que van del hormigueo al escalofrío, y de la euforia al orgasmo, todos ellos de baja intensidad, consiguiendo en la mayor parte de los casos una sensación de relajación que antecede al sueño. El término también se encuentra muy vinculado al francés frisson, palabra usada para designar al hormigueo o piel de gallina ante estímulos auditivos, táctiles o visuales. 

Algunas investigaciones que analizan esta tendencia concluyen que el espectador busca estos contenidos para responder a varias necesidades: autoevaluación y mejora, estimulación y relajación sensorial, entretenimiento, escapismo y pasar el tiempo o seguir las tendencias.

Pero la particularidad radica en que es un fenómeno biológico que provoca placer cuando escuchas y/o visualizas pero que no todo el mundo lo siente de la misma manera: incluso hay personas que ni si quiera son capaces de percibirlo. Pero, los que sí lo hacen, aseguran que les entra una especie de hormigueo en la zona de la nuca que puede llegar a bajar por la columna vertebral. Sí, sí, una experiencia cercana al orgasmo.

Debo confesar que, quien esto escribe, la consume para combatir insomnios, que no son pocos. Les propongo entonces entrar a este mundo donde #satisfacción es la palabra clave y el objetivo final es el relajo.

ASMR Auditivo  

Prima lejana de la meditación, intenta que los oyentes y visualizadores entren en un submundo de susurros y sonidos relajantes que intentarán aflojarte hasta lograr ronquidos. Lo primero que veremos son personas en primer plano y frente a un micrófono especialmente ecualizado para detectar el más mínimo ruido.

Lo que distingue el ASRM auditivo es la voz susurrada. Los que suben contenido de este estilo es corriente que estén en una habitación con luces led tenues y velas, acordes a una sesión de relajación. 

Hablar en forma pausada es otra de las características, a lo que se suman a medida que el video transcurre, elementos que ayudarán, y mucho, en el efecto relax. Entre los objetos más utilizados para intentarlo son pequeñas vasijas con agua que al moverlas genera una resonancia muy satisfactoria y placentera. La espuma de afeitar sobre el micrófono, que al frotarla con una brocha de maquillaje provoca un sonido casi de mantra, es una de las más demandadas.

El mouth sound es otra de las técnicas. Se trata de sonidos hechos con la boca que se van sumando a movimientos de manos intentando lograr la atención en un punto especial dinámico.

Son también característicos los videos de roleplay, donde el creador intentará hacerte creer que llegas a un consultorio oftalmológico, una peluquería o a un set de maquillaje, siempre con el objetivo de generar placer a través de los susurros y sonidos.

Y cierran este ranking de los más vistos el tapping: el sonido que generan las largas uñas (casi todas esculpidas) en contacto con distintos materiales y objetos. Tic, tic, tic, tic, tic.

Visual

Son videos que hacen hincapié en formas, colores y movimientos muy bien editados y en formato zoom. El corte de escenas pegadas unas a otras y el acercamiento al detalle de lo que se muestra son una característica de este ASMR. ¿El objetivo? La satisfacción se origina en la perfección de cada acción.

Podremos encontrar subidos a las redes cortes milimétricos en jabones con un cúter que al desmembrarlo caerán todos pedazos de igual tamaño. O una especie de plastilina moldeable de distintos colores que se enciman dentro de un vaso logrando pequeñas capas aplastadas con un mortero de madera. O una máquina hidráulica que en cámara aplastará desde un paquete de golosinas gomitas, una lata de gaseosa llena o una pelota de tenis. Siempre intentado que lo milimétrico sea distinguible.

El sonido de las acciones también sumará para generar placer. En este sentido, un youtuber o tiktoker cepillándose el pelo también hace que las visitas de disparen de a millones. El ruido de las cerdas del cepillo en contacto con el cabello (que sea largo es una condición) genera un cosquilleo que hace furor en todas las redes.

En definitiva, el furor de estos contenidos tiene que ver con nuevas formas de relajación entre los más jóvenes. Se podría decir, entonces, que el ASMR es el ansiolítico de las nuevas generaciones.