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Martes 17 de Junio, Neuquén, Argentina
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Vidrios rotos y basura a la vera del río: Neuquén enfrenta otra vez la lucha contra los basurales ilegales

La gente aprovecha. Si no ven cámaras tiran su basura ahí. No les importan las ratas, las enfermedades, ni los insectos. Cada vez es más la basura desparramada. 

Por Redacción

Martes, 17 de junio de 2025 a las 13:52

Mientras avanza el proyecto del paseo costero del río Neuquén, un nuevo operativo de limpieza urbana reveló una postal preocupante: tres basurales —dos macro y uno micro— se habían formado en un sector ribereño cercano a la calle Figueroa, rumbo a la Península Hiroki. Entre bolsas perfectamente cerradas con residuos domiciliarios, los operarios encontraron un dato que encendió la alarma: más de 300 parabrisas, lunetas y vidrios de vehículos habían sido arrojados de forma ilegal por una empresa de recambio automotor.

El operativo, que duró al menos dos días y demandó la intervención de varias cuadrillas, fue encabezado por la subsecretaría de Limpieza Urbana del municipio capitalino. En el lugar se extrajeron grandes volúmenes de basura acumulada, a pocos metros del río, en una zona que está siendo puesta en valor como espacio público recreativo.

“Lo que más nos llama la atención es que muchos de los residuos estaban embolsados, como si esperaran un contenedor o un canasto. Es inexplicable”, aseguró el subsecretario del área, Cristian Haspert. Más allá de la sorpresa, la bronca del funcionario radica en un dato estructural: el 96% de los hogares de la ciudad cuentan con recolección domiciliaria seis veces por semana, además de contar con centros gratuitos para residuos voluminosos, electrónicos y operativos especiales que recorren los barrios. “Aún así, hay vecinos que eligen pasar por delante de un centro de transferencia para tirar la basura en la costa del río”, lamentó.

Una empresa bajo la lupa

Aunque el municipio aún no identificó con certeza si la empresa responsable de los vidrios actuó con un tercero o por cuenta propia, el impacto ambiental es el mismo. “Nos encontramos con restos cortantes, peligrosos, en un espacio donde juegan niños y camina la gente. Es una atrocidad ambiental”, subrayó Haspert.

Según la normativa vigente, las empresas están obligadas a disponer sus residuos en el complejo ambiental de la Meseta, preparado para este tipo de materiales. Arrojar desechos de vidrio a la intemperie, además de infringir las ordenanzas, constituye un riesgo físico y sanitario.

Una conducta reiterada

El área costera donde se desarrolló el operativo viene siendo intervenida al menos una vez por mes. La frecuencia de los hallazgos indica que no se trata de hechos aislados, sino de una práctica extendida que desafía tanto la infraestructura municipal como el sentido común.

Para intentar frenar estas conductas, Haspert convocó a los vecinos a colaborar denunciando a quienes arrojen residuos, aportando fotos de patentes o logos de empresas. “Con esa información, la jueza de Faltas puede intervenir y aplicar sanciones ejemplificadoras”, aseguró.

La escena que quedó al descubierto en la costa del río Neuquén es el reflejo de una contradicción urbana: mientras se invierte en infraestructura, recreación y espacios públicos, la irresponsabilidad de una parte minoritaria de la población atenta contra ese mismo desarrollo. Y aunque los residuos se limpien, lo que queda es más difícil de remover: la falta de conciencia ambiental.

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