Es el último tramo que se recorre en el difícil camino de puja y negociación entre las provincias de Neuquén y Río Negro y el gobierno de Javier Milei, para abrir definitivamente la licitación que pondrá en juego la concesión de las represas y centrales hidroeléctricas, y, se supone, inaugurar una nueva etapa con innovaciones respecto de un régimen que cumplió más de 30 años sin que se le modificara la esencia a los contratos realizados entonces, durante el gobierno nacional de Carlos Menem.
Rolando Figueroa, el gobernador neuquino, reveló en las últimas horas cuestiones de la puja con Nación, que ha sido y continúa siendo intensa, al tiempo que aclaró un concepto respecto de la relación con la gestión de Milei: dijo, claramente, que pelea cuando se trata de defender a Neuquén... es decir, no siempre, sino cuando hace falta.
Dijo Figueroa, en este contexto que "hace años, por ejemplo, nos eliminaron del cobro de las regalías hidroeléctricas la base imponible. Nos hacían sacar las regalías hidroeléctricas sobre una parte, un 25% del valor de la energía. Por eso vamos a pelear ahora, en esta nueva concepción de las represas, para que nos reconozcan sobre el 100% del valor", dijo el mandatario.
Sostuvo que "también vamos a pelear para que nos reconozcan un pago importante, en especies, de la energía, que hoy no nos pagan".
Son dos novedades que se habían esbozado como parte de la discusión, pero que ahora se explicitan a poco de que la licitación se presente formalmente. Neuquén no se ha levantado un solo minuto de esa mesa que reúne al gobierno nacional, y a las dos provincias en cuyo territorio están las represas en cuestión, sobre el río Limay.
"Estas son las cosas que tenemos que reclamarle al Gobierno Nacional. ¿Y cuál es la manera de reclamarle? Es de pie, no arrodillado. Y para poder reclamar de pie tenemos que tener autodeterminación", afirmó Figueroa, encuadrando, de paso, la cuestión en la esencia de lo se evalúa en este año electoral.