Prohibieron el uso de fuego en parques nacionales y sancionarán a quienes incumplan

El fuego no para y arrasa todo lo que hay a su alrededor. Ya son más de 15.200 hectáreas incineradas por los incendios producidos en el Valle Magdalena dentro del Parque Nacional Lanín. Ante esta emergencia el gobierno provincial, a través de las herramientas de la Dirección de Fauna, Áreas Naturales y Protegidas y CEAN, dispuso la prohibición del uso del fuego en todo el territorio de Parques Nacionales. 

De esta manera buscan evitar que el fuego siga creciendo y poder ponerle un fin a este infierno. En este contexto se declaró la emergencia ignea en toda la región. La situación es altamente preocupante y no es suficiente ni siquiera recibiendo ayuda de brigadistas que llegan desde otras provincias. Por otra parte, la intención de los funcionarios es poder frenar los incendios intencionales y dejar en claro que todo aquel que juegue a ser un ave Fénix en las inmediaciones protegidas será juzgado con todas las herramientas de la ley. 

Todo aquel que inicie fuego dentro de las áreas protegidas será juzgado bajo el rotulo de "daño ambiental" y recibirá las pertinentes sanciones. Desde el portal oficial de la Provincia explicaron: “Es necesario contar con una norma legal que prohíba el uso del fuego dentro del sistema provincial de áreas naturales protegidas hasta tanto cambie el estado de emergencia a su nivel más bajo de riesgo”.

Además cabe destacar que quedó totalmente “prohibida la quema de campos y malezales con fines productivos”. Los únicos exentos a esta normativa, según aclararon las autoridades son aquellos "Pobladores reconocidos por la autoridad de aplicación que realizan sus actividades de pastoreo y producción ganadera dentro del SPANP y que realicen fuego al interior de sus respectivos asentamientos e instalaciones para uso exclusivo de calefacción y cocina”.

Lamentablemente la situación no cesa y desde el Estado Provincial empiezan a potenciar las medidas buscando ser más eficientes en el control del fuego. Aunque la gran mayoría de las personas se acercan a dar una mano y frenar las llamas no descartan la posibilidad de que existan malintencionados que disfruten de avivar el desastre.