El vínculo entre perros y humanos es milenario, para mucha gente los perros son considerados parte de la familia y por lo tanto se les expresa cariño a través de caricias, abrazos y palabras afectuosas. Por esta razón es importante descifrar el mensaje que nuestros compañeros nos transmiten con sus gestos y actitudes.
El lamido es una conducta que los perros utilizan para comunicarse, tanto entre miembros de su manada como con los humanos. Sin embargo el motivo de éste impulso innato puede variar y algunas veces no responde, como se cree, a una muestra de afecto.
Una de las causas puede ser para saludar, los canes recurren al lamido como una forma natural de bienvenida y exploración al reencontrarse con su tutor. También suelen expresar su emoción saltando y ladrando además del lamido, pero éste les brinda información sobre su estado anímico, su salud y hasta su composición química.
Otra de las razones puede ser para demostrar afecto y fortalecer los vínculos con su familia humana. Este comportamiento que se observa desde cachorros cuando las madres lamen a sus crías para acicalarlas y brindarles consuelo, se mantiene en la edad adulta como una forma de demostrar cariño y cercanía.
Una de las causas puede ser para saludar, los canes recurren al lamido como una forma natural de bienvenida y exploración al reencontrarse con su tutor.
También cuando tienen hambre recurren al lamido. Los investigadores de cánidos salvajes, lobos, coyotes y zorros entre otros, han observado que los cachorros lamen la cara y el hocico de la madre cuando vuelve de cacería para que regurgite por ellos. Hay que aclarar que esto no siempre significa que nuestro perro este esperando comida.
Los canes domésticos han desarrollado una conexión especial con la especie humana a lo largo de miles de años de convivencia, su aguda percepción les permite captar e interpretar nuestros estados anímicos con asombrosa precisión.
Si en algún momento manifestamos enojo o molestia, el animal percibe esa emoción y busca reconfortarnos mediante muestras de afecto como lamernos o acurrucarse a nuestro lado.
Esto también ocurre ante la tristeza humana. El animal se acerca, apoya su pata y manifiesta conductas tranquilizadoras hacia quien exterioriza su tristeza.
Sin embargo no siempre la forma de demostrar cariño o consuelo de los humanos a los perros es la correcta. Si bien un abrazo puede ser un saludo social normal para la gente, puede no serlo para tu peludo. Debemos reconocer cuándo no se siente cómodo, hay señales sutiles que pueden provocar una reacción negativa.
Si en algún momento manifestamos enojo o molestia, el animal percibe esa emoción y busca reconfortarnos mediante muestras de afecto como lamernos o acurrucarse a nuestro lado.
En lugar de abrazarlo, se lo puede acariciar con delicadeza en el lomo, el cuello o el pecho. Estos gestos pueden resultarle más agradables y de nosotros depende advertirlo.
Los momentos de diversión compartida también son una forma de darles amor. Lanzarles una pelota o un palo, tironear de una cuerda o cualquier otro entretenimiento canino son formas placenteras que el perro disfruta.
Premiar con alguna delicia su buen comportamiento refuerza el vínculo y le hace saber lo valioso que es para su amigo humano.