Del cielo al infierno en un parpadeo. Así fue la noche de Agustín Rossi en el Maracaná, donde el arquero argentino protagonizó una jugada que nadie esperaba: un error insólito que terminó en gol de Fluminense y que cambió el clima del clásico carioca. Y, como era de esperar, las redes hicieron lo suyo.
Rossi, que venía de ser la gran figura en Avellaneda frente a Racing para asegurar el boleto de Flamengo a la final de la Copa Libertadores, recibió una pelota complicada en la salida y decidió no rifarla. Intentó controlarla, amagó con un toque más y la pelota terminó escapándosele como si hubiera pisado jabón. Kevin Serna, atento, lo presionó, le robó el balón y marcó el 2-0 parcial ante la incredulidad del propio Maracaná.
El contraste no pudo ser mayor. El mismo arquero que sostuvo al Mengao en los momentos más calientes del certamen continental quedó expuesto por confiarse de más en un clásico que no perdona descuidos. Aun así, en el entorno del club nadie señaló públicamente al argentino: Felipe Luis, su entrenador, volvió a respaldarlo y recordó que buena parte del presente del equipo se explica por sus atajadas decisivas.
Mientras Flamengo intenta enfocarse en la final que lo espera ante Palmeiras, el blooper ya forma parte del archivo inmediato del fútbol brasileño. Y aunque Rossi tendrá revancha dentro de la cancha, la jugada seguirá girando en redes durante varios días.
