Maximiliano Salas, de los mejores jugadores en la última temporada de la Argentina, no firmó la mejora contractual con Racing y le habría comunicado al técnico Gustavo Costas su deseo personal de irse a River.
El interés desde Núñez se conoció semanas atrás. Trascendió de un llamado telefónico por parte de Marcelo Gallardo para tantearlo, lo que habría despertado la ira de Diego Milito, presidente académico, quien llamó a su par de River, Jorge Britto, para evitar este tipo de situaciones.
Sin embargo, la semilla ya había sido sembrada por parte del técnico millonario. Los días pasaron, la mejora académica para el jugador se terminó de pulir con su representante, pero faltaba la firma del protagonista.
Encima, en medio de esa ventana, llegó la grave lesión de Sebastián Driussi en el Mundial de Clubes y con la reanudación de la Copa Libertadores a la vuelta de la esquina para River, la búsqueda por Salas se reflotó con todo.
Medios cercanos al club de Avellaneda aseguran que el delantero ya le informó al técnico de su intención. Salas quiere partir a River y ahora se viene un frente de tormenta.
Tiene cláusula
La cláusula de salida del jugador es de 8 millones de dólares. River quiere negociarlo, pero Racing no. En consecuencia, lo que se impondrá será la gestión del atacante que en este momento sigue con un sueldo muy bajo en la Academia.
Más allá del famoso pacto tácito entre instituciones argentinas de no ejecutar cláusulas, por el Monumental lo que sobran en este momento son billetes y el jugador interesa mucho.
Si, como dicen, la charla entre Salas y Costas ya se dio, todos los caminos conducen a un refuerzo bomba para Gallardo que perdió para octavos a Driussi y Franco Mastantuono (vendido al Real Madrid).
Costas fue quien confió en las condiciones del atacante, lo pidió cuando estaba en Palestino de Chile y desde entonces jugó 76 partidos con 13 goles en Racing. Junto a Adrián “Maravilla” Martínez conformaron una dupla de ataque letal, que estaría a punto de romperse definitivamente.