Se votaría en abril, después de Semana Santa

Si bien lograron concentrar la atención de la inmensa mayoría de quienes habitamos este país, las dos semanas que llevamos del Mundial no aletargaron a lo que en el mundillo de la política se conoce como “rosca” y que consiste básicamente, en la actividad de los armadores. Hubo sí una natural administración de las actividades de campaña y de los actos de gestión; pero la usina de estrategias no se detuvo.

Nunca falta el tema -no menor- de la fecha de las elecciones 2023, a las que la provincia y la ciudad de Neuquén convocarán, según se dice, para el mismo día, con el comprensible objetivo de coordinar esfuerzos, despliegues y demás. Hace apenas unas semanas se había dicho que el 4 de junio -aniversario de la fundación del MPN- resultaba tentador, pero en los últimos días se afirmó que el mes más probable es abril. Mucho antes, se habló, incluso de julio, agosto y hasta septiembre. 

¿Estrategia distractiva? Quizá, porque el oficialismo es el que pone la fecha y eso hace que la oposición no tenga datos precisos para administrar de la mejor manera posible sus recursos y tiempos. 

Finalmente abril sería el mes y bien sabido es que el 2 de abril no se puede convocar a elecciones porque es el Día del Veterano y de los Caídos en las Malvinas, y en consecuencia una jornada de homenajes, reconocimientos y reclamo de los derechos sobre nuestras islas. Y el 9 tampoco, porque es el Domingo de Pascua y no es lógico complicar las actividades de Semana Santa, menos aún en una provincia con tantos atributos turísticos como la nuestra.

El domingo 30 se aleja demasiado y quedan, entonces, dos opciones en cuanto a la fecha para elegir gobernador, diputados provinciales, jefes comunales (no en todas las ciudades) y concejales: el 16 o el 23 de abril. Un dato no es menor: al tener la potestad, el oficialismo fijará la fecha cuando considere que la dirigencia, la militancia, los candidatos y los publicistas hicieron todo lo que tenían que hacer en función del objetivo.

En el MPN las candidaturas están resueltas desde hace rato y se encuentra abocado a las colectoras que acompañaran a Marcos Koopmann y a Mariano Gaido, quienes van en busca de la gobernación y de la Intendencia (en este caso, en busca de la reelección). En el abanico de la oposición, en cambio, la cuestión es más trabajosa y resta aún completar el armado de listas, colectoras, frentes o alianzas. 

A esta hora -la aclaración es siempre aconsejable- el quiebre de la expresión local de Juntos por el Cambio (JxC) parece irreversible. El presidente del PRO, Marcelo Bermúdez, explicó los motivos por los que ese partido decidió acompañar la candidatura a gobernador de Rolando Figueroa, tal como también lo hizo Nuevo Compromiso Neuquino (NCN), fuerza fundada por el ex intendente Horacio “Pechi” Quiroga y que tiene como principal referente a su hija, la diputada provincial Ayelén Quiroga.

Este sábado, el propio Bermúdez reafirmó dicha convicción durante una entrevista en el programa “Portense Bien” que se emite los sábados de 10 a 12 hs por AM550 y en duplex por 24/7 Canal de Noticias. También, en el mismo programa, Jorge Taylor, referente del PRO en San Martín de los Andes, ratificó su decisión de mantener su candidatura a gobernador y competir con Pablo Cervi, precandidato por la UCR. Pero, sin el sello de JxC dicha competencia no sería posible; al menos no dentro de ese espacio.

Unos y otros se acusan de ser funcionales al MPN. A unos les reprochan su comunión con un dirigente que fue intendente, vicegobernador y que hoy es diputado nacional por ese partido. Y a otros les endilgan no tener chances de ganar y mantenerse en una postura que terminará beneficiando al oficialismo.

En eso están los dirigentes de las fuerzas que integran JxC. Pero también hay opiniones divergentes en el Frente de Todos (FdT). Están los que proponen hablar con Figueroa y los que se inclinan por respaldar la nueva candidatura a gobernador de Ramón Rioseco. Tal es el grado de indefinición que hasta se muestran reticentes a atender los teléfonos.

Macristas y kirchneristas no son los únicos actores de un escenario con complejidades que lo hacen interesante. También están Carlos Eguía, candidato a gobernador por el partido libertario de Javier Milei (quien ya anunció su visita a la provincia el 17 de este mes) y Jorge Sobisch, quien según se ha dicho lo será por el partido que conduce Miguel Angel Pichetto (Encuentro Republicano Federal) pero que al día de hoy se ha transformado en una incógnita ya que si bien su caudal de votos histórico no es el mismo, su capacidad de influir, en especial, en esta elección a la que todos consideran “ajustada” puede ser determinante. 

Media, en todo esto, una simple ecuación: cuanto más amplio el abanico de fuerzas opositoras, mejor escenario para el MPN gobernante. Y, cuanto más chico, mejor para Figueroa a quien obviamente le conviene la polarización; es decir, el mano a mano.

Es por eso que las encuestas que comenzaron a hacerse por estos días apuntan a dilucidar cómo reaccionarán aquellos a los que se considera independientes o que no votan al MPN. Entienden, los operadores, que los núcleos duros que apoyarán a Koopmann o a Figueroa están medianamente identificados y que el sector menos politizado de la sociedad plantea un enigma a resolver (con la mayor precisión posible, aunque las encuestas ya no son tan confiables y ejemplos sobran). 

Sea como fuere, hoy, hay dos círculos en el almanaque que se ubica sobre la mesa a la que pocos acceden, y ambos son en abril ¿Puede cambiar? ¡Claro que sí, si después de todo así es la política!