El paciente psiquiátrico involucrado en al menos dos asesinatos, amenazó con iniciar una medida de fuerza en caso de que las condiciones de internación no mejoren en los próximos días. Es que después de protagonizar permanentes ataques y agresiones contra el personal hospitalario, la Justicia acordó con Salud Pública el traslado a una casa que tiene el área a varias cuadras del hospital, pero las quejas del violento comenzaron por las malas condiciones en las que está el lugar.
Luis Collio cumplió 12 años de condena por matar a un delincuente a garrotazos en un zanjón detrás de la cárcel de Roca, y luego, cuando terminó la pena, salió y fue acusado de matar a otro hombre a puñaladas. Sin embargo, pocos meses después la Justicia lo declaró inimputable por no poder tomar conciencia de sus actos.
Por esta razón, es que desde febrero de este año permanecía internado en el hospital de Roca, con custodia policial. Pero su estadía allí estuvo cargada de violencia y episodios que fueron denunciados por el personal. De hecho, desde los sindicatos de trabajadores reconocieron que al menos tres personas que estaban en ese sector de internación debieron presentar certificados médicos por tratamiento psiquiátrico ante los constantes ataques que recibían por parte de Collio.
Después de una protesta de ATE, que mantuvo copado el hall de la Ciudad Judicial, la Justicia resolvió el traslado a una casa que tiene el Minsiterio de Salud y donde también funciona el nuevo Servicio de Medicina de Emergencia (SIARME). Pero el estado en el que se encuentra esa dependencia no es la mejor para vivir ahí, por lo que el paciente que no puede hacerse cargo de sus actos, amenazó con iniciar una huelga de hambre y hasta cocerse la boca.
La Justicia aclaró que Collió, al ser declarado inimputable no tiene ninguna causa judicial en proceso y tampoco cumple una condena, por no poder comprender ni dirigir sus acciones. De todas maneras, en la nueva casa donde está alojado mantiene una custodia policial las 24 horas.
También hay quejas por parte de los choferes, enfermeros y médicos del SIARME, quienes deben soportar los gritos y golpes contra las paredes, además de insultos y malos tratos de Collio contra la gente que lo atiende.