El fiscal federal Fernando Arrigo afirmó en las últimas horas que tiene en su poder "todas las pruebas" para confirmar que hay más víctimas en el caso de la secta rusa en Bariloche, cuyos integrantes están acusados de explotación sexual.
"Tenemos todas las pruebas, pero que no se presentaron como tal, está solamente la joven", dijo Arrigo en referencia a la joven rusa de 22 años, quien dio a luz en el Hospital Zona de Bariloche.
Además, indicó que "hay otras personas vinculadas que todavía no encontramos, la hipótesis del caso es que el líder (Konstantin Rudnev) a través de esta organización cometió el delito de trata".
El letrado reiteró que el caso fue denunciado por personal del hospital, ante el comportamiento sospechoso de las dos mujeres que acompañaban a la joven embarazada: "no respondían las preguntas, ese fue el comienzo de la investigación. Fuimos accediendo a documentación y apareció el líder de la organización".
Por otra parte, Arrigo confió que fueron imputadas otras dos mujeres que habían sido demoradas la semana pasada en Neuquén, donde se habían alojado en un hostel de la capital provincial. Ambas era de nacionalidad rusa, y esto, sumado a su comportamiento dentro del establecimiento, generó nuevas sospechas de su presunta vinculación a la banda de Rudnev.
Rudnev y el resto de los involucrados --19 mujeres y un hombre-- fueron imputados por el juez Gustavo Zapata, quien comprobó que integraban una organización criminal con fines de trata sexual y reducción a la servidumbre. El magistrado constató que el acusado captó y trasladó a la joven rusa, la cual fue engañada tras aprovecharse de su vulnerabilidad.
La Justicia de Garantías había liberado a los 20 sospechosos de integrar la secta rusa, aunque seguirán siendo investigados. Arrigo destacó que el único que continúa arrestado es Rudnev, el cabecilla que habría fundado la secta "Ashram Shambala" hace 36 años en la ex Unión Soviética.
Rudnev sigue alojado en el penal de máxima seguridad de Rawson. Los sospechosos de formar parte de la secta deben concurrir cada siete días a la Comisaría de la Policía Federal más cercana a su domicilio y tendrán prohibido salir del país durante un año. Tampoco podrán acercarse de forma directa o indirecta a la mujer de nacionalidad rusa que arribó al hospital local embarazada.
Rudnev y el resto de los involucrados --19 mujeres y un hombre-- fueron imputados por el juez Gustavo Zapata, quien comprobó que integraban una organización criminal con fines de trata sexual y reducción a la servidumbre. El magistrado constató que el acusado captó y trasladó a la joven rusa, la cual fue engañada tras aprovecharse de su vulnerabilidad.
Los fiscales también atribuyeron a una de las mujeres el delito de falsedad ideológica en grado de tentativa, ya que intentaron modificar los datos en la partida de nacimiento del menor, que luego iba a utilizarse para confeccionar su DNI argentino. Rudnev había sido condenado a once años de prisión en Europa por cometer abusos sexuales y perpetrar desapariciones de personas en Montenegro, una de las repúblicas que formaban parte de Yugoslavia.