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Viernes 25 de Abril, Neuquén, Argentina
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Claves para entender el caso de la secta rusa de la que habla el país

Konstantine Rudnev, ex soldado ruso, presunto líder de la secta y explotador de personas, sigue captando el interés nacional. En esta nota, todo lo que se sabe hasta hoy.
Jueves, 03 de abril de 2025 a las 08:49

En Argentina nadie lo conocía. Ni a él ni a los delitos que cometió hace décadas en Montenegro, su país natal. Pero cuando este sábado fue detenido en Bariloche junto a un grupo de mujeres de su misma nacionalidad, todo cambió.

Ahora todos hablan de Konstantine Rudnev, ese hombre ruso de 57 años del que circula una foto que lo muestra, canoso y ceñudo, durante su arresto.

En su cuello, un apósito parcialmente despegado oculta la herida que él mismo se provocó. Terminó siendo superficial, pero marca el extremo al que estuvo dispuesto a llegar, con tal de no caer en manos de la policía. Se la hizo con una navaja, cuando la Policía Federal lo interceptó en el aeropuerto, frustrando un viaje que, con escala en Buenos Aires, tenía a Brasil como destino final.

Allí lo arrestaron  junto a cuatro mujeres y a otros tantos varones, también de nacionalidad rusa. Mientras actuaban, reaccionó rápido. Sacó el arma de entre sus ropas y con el filo se seccionó el cuello. “No llegó a lastimarse mucho, y se le hicieron curaciones en el lugar” contarían después los médicos que lo asistieron.

Konstantine Rudnev, tras su arresto.

Esta semana, luego de estar detenido en la ciudad andina, fue trasladado a Rawson, Chubut. Se espera que hoy se realice una audiencia en Bariloche para formular cargos.

Mientras esas detenciones se daban, también se allanaban algunas viviendas que habrían habitado y se secuestraban dinero, armas y drogas.

En Buenos Aires, a kilómetros de distancia de la Patagonia, hubo otros arrestos. Fueron de gente que estaría vinculada a la misma red. Quince personas de diferentes nacionalidades (rusas, mexicanas y ucranianas). Iban, como Rudnev, a Brasil. Se presume que todos se reunirían allí.

 

¿Qué pasó hace 12 años?

En agosto de 2013, Konstantin Rudnev fue condenado a 11 años de prisión en Siberia. Se lo acusó  de violar a las integrantes de una secta que fundó, y que pudo cosechar, entre hombres y mujeres, 20.000 seguidores. Se llamó Ashram Shambala y fue  creada a fines de los años ‘80 en la ciudad de Novosibirsk. Él les decía a sus fieles que era un Dios extraterrestre, proveniente de la estrella Sirio. Los obligaba a entregarles sus bienes y propiedades. También los explotaba sexualmente.

Konstantin, y uno de los tantos  videos que filmó como líder de la secta que fundó en su país.

Según se sabe esa condena la cumplió, y resarció a sus múltiples víctimas económicamente, porque lo instaron a hacerlo por vía judicial.

¿La historia se repite en Bariloche?

Ese oscuro pasado volvió a la luz días atrás, tras la denuncia que realizó el personal de salud del hospital Ramón Carrillo de Bariloche que, ante las sospechas por las circunstancias que podrían rodear a una chica, decidieron acudir a la fiscalía, el viernes 28 de marzo.

Las  alarmas se encendieron entre el personal de salud por una joven de nacionalidad rusa, que acusaba 22 años pero aparentaba 16, con un embarazo avanzado y escasos controles a lo largo del mismo. Tenía un manejo casi nulo del castellano y siempre llegaba rodeada de personas “pegajosas”, que no la dejaban quedarse a solas con los médicos.

Había asistido a  consultas  en tres puntos distintos de la ciudad, alejados entre sí. Como para no permitir que hubiera un seguimiento médico.

Lo cierto es que cuando la chica ingresó para tener a su bebé, el hospital denunció, para que se indagara sobre su situación. Lo que reveló esa pesquisa fue la presunta red de trata que motivó, el sábado, detenciones en el aeropuerto de Bariloche y en el de Buenos Aires.

Algunas de las mujeres rusas detenidas. Se investiga si son víctimas o parte de la presunta  red de trata.

La joven tuvo un varón, completamente saludable, y quedó bajo resguardo policial. Consultada por la Justicia, confesó que el papá del nene era Rudnev y que llegó al país mediante engaños, con la promesa de un destino mejor.

El fiscal general Fernando Arrigo, los fiscales auxiliares Gustavo Révora y Tomás Labal y el juez federal de garantías Gustavo Zapata fueron los que tomaron el caso, tras la denuncia que hizo el hospital. Ellos ordenaron los procedimientos.

Ahora, la investigación continúa. Quieren develar hasta dónde llegó a articular su red Konstantin Rudnev, esta vez, actuando en nuestro país, al que nadie sabe cuándo llegó.

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