LAS OVEJAS
Por su fe en San Sebastián hizo una travesía de 100 km en bicicleta
Los últimos kilómetros los hizo con su hijo de dos años. Una promesa al Santo fue su inspiración. Conocé la historia.La fe es la certeza de lo que se espera y la convicción de lo que no se ve. Es simplemente la confianza de que sucederá lo que esperamos. Es la que mueve los impulsos de nuestra alma y la que motoriza nuestros cuerpos. Y esa fe se vive, se muestra y se demuestra de mil maneras. Es propia de cada persona. En el caso del chosmalense Julio Riquelme (de 32 años) su fe es inquebrantable y por herencia de sus padres es fiel devoto de San Sebastián y cada año llega a la tradicional festividad que se realiza en la localidad de Las Ovejas, en el norte neuquino.
Según le contó Julio a Mejor Informado, hace años le hizo una manda al Santo que alguna vez fue capitán de la Guardia Pretoriana. Aquella promesa fue hecha cuando pidió un milagro a Dios a través de su intercesión. La petición le fue otorgada de acuerdo a su fe por lo que cada año “cumple su manda” ofreciendo un sacrificio como una suerte de compensación y agradecimiento.
“San Sebastián me ayudó mucho en mi vida y me acompañó en momentos muy importantes”, señaló Julio. Sobre el origen de su manda, relató que “después de una "charla" con él hice mi manda y comencé a ir en bici desde Chos Malal a Las Ovejas. Hace 5 años que voy”.
El origen de su devoción por el Santo
Así como Julio hay miles de fieles que completan un sacrificio para llegar al altar de San Sebastián en Las Ovejas. Lo hacen de diferentes formas pero siempre motivados y movilizados por una manda o simplemente por su fe y devoción en el Santo más representado de la Iglesia Católica. “Los primeros dos años me acompañó mi esposa Dana Urrutia, a quien amo desde lo más profundo de mi corazón y es la madre de mi precioso hijo que se llama Sebastián Emilio”, señaló,
Sobre el origen de su devoción personal, contó que ““mi papá Rodolfo Riquelme es muy devoto y antes siempre iba caminando al pueblo de Taquimilan en donde vivían mis abuelos Juana Ester Quezada y Heriberto Riquelme. Mi hermano Alfredo y yo lo acompañamos en bicicleta”. Con los años aumentaron su sacrificio y su meta fue llegar a Las Ovejas. “Cuando ya fuimos más grandes salimos caminando hacia Las Ovejas los tres. La primera vez nos costó demasiado y no pudimos llegar. Al otro año fuimos de nuevo y logramos llegar”, relató. El apoyo logístico de aquellas cruzadas las realizaban su mamá Patricia López y su hermana Lilén.
Cien kilómetros a pura fe
La Festividad de San Sebastián en Las Ovejas hace 78 años que se realiza. Actualmente es considerada la fiesta religiosa y cultural más importante del Norte neuquino, la cual cada año convoca a cientos de miles de personas devotas. Sus momentos de mayor confluencia y reunión de fieles son la Cabalgata, la Velación y la Procesión al Santuario. Julio los últimos tres años de su cruzada los ha hecho solo en su bicicleta. “Llevo el acompañamiento de mi familia y San Sebastián que me dan fuerza siempre. Este año pude completar un tramo de la última etapa con mi bebé que es el pilar y la luz más importante en mi vida y en mi familia”, dijo con emoción.
El recorrido en bicicleta fue casi de 100 km, los cuales fue cumpliendo por etapas. “Salí de Chos Malal el jueves a las 19:20 y llegué a las 06:00 aproximadamente del viernes a Las Ovejas”. La familia fue una pieza fundamental en su recorrido ya que lo asistió permanentemente. Eso le permitió hidratarse, alimentarse y cumplir breves descansos reparadores.
“Haber llegado al lado de San Sebastián y ver la cantidad de peregrinos que fueron con la misma fe y devoción es lo más hermoso que se puede sentir. A mí me provocó una emoción muy grande porque cumplí mi manda un año más”, recordó Julio. En su travesía por la ruta se cruzó con fieles que iban en bicicleta algunos y otros caminando, todos con el ánimo de llegar. Cerró contando que “estuve en la Misa de la noche en la que también hacen la caminata con antorchas. Caminan por el pueblo y van al cerro del Santuario a recibir el 20 de enero”.
La fe siempre mueve montañas, se trata solo de creer.