HISTORIA DEL NORTE NEUQUINO
El arreo de animales a los campos de veranada en manos de mujeres crianceras
Este fin de semana, las huellas de arreos fueron testigo de una situación poco frecuente porque fue protagonizado sólo por mujeres.En esta época del año, con la puesta en marcha de la trashumancia, familias crianceras comenzaron el arreo de animales hacia las zonas altas de montaña en busca de agua y pasturas. Cruzarse con arreos en la región del Alto Neuquén es muy común. Lo que no es común es ver un arreo solo con mujeres, trasladando sus animales.
La tarea arranca a las 4:40 de la madrugada, se prepara todo y salen a la huella. El cuerpo de estas mujeres está cubierto para que el sol no las lastime, llevan un sombrero o una gorra y una botella de agua en el tiento (tira de cuero que va en el caballo) que no puede faltar.
Gisela Sanueza, de 20 años, su abuela María Centeno y una amiga, Estela Retamal, llevan sus animales, unos 400 aproximadamente, a la veranada en Barros Negros, ubicado hacia la zona de Pichi Neuquén, faltando aún para ese destino entre 10 y 15 días más de viaje.
"Vamos muy tranquilas, con descansos bajo la sombra de la jarilla o algún molle, cada dos horas, ya que los animales están muy flacos y se cansan rápido", cuenta Gisela a Mejor Informado.

Entre miradas de cansancio pero con toda la esperanza puesta en la cordillera, María se refiere al compañerismo que existe entre las tres, donde no falta la charla, los chistes y, sobre todo, la tarea compartida.
En noviembre, cientos de familias de crianceros retoman una práctica ancestral en la provincia del Neuquén: la trashumancia. En su camino transitan por las huellas de arreo que muchas veces coinciden con rutas consolidadas. Hace unos días, el gobernador Rolando Figueroa estuvo presente en el acto de presentación del operativo "Cordillera de los Andes" que acompañará el viaje de los crianceros neuquinos y aseguró que “cuidar la trashumancia es defender la neuquinidad”.

“Es un mensaje más de neuquinidad que se representa de muchas maneras. La trashumancia, nuestros crianceros son una parte muy fuerte de nuestra neuquinidad y justamente estamos arrancando la temporada, también iniciando la fiesta del Chivito que no es más ni menos que un llamado hacia todos de poder acompañar este proceso histórico”, reflexionó el gobernador.
Estas tres mujeres señalan que la huella "está mala", por eso esperan llegar pronto a Andacollo para que los animales recuperen el peso, coinciden.
"No hay nada que como mujeres no podamos hacer: arreamos, carneamos y hacemos las tareas del campo con mucho orgullo", expresa sonriente María.
Dejando la camioneta cargada en el rial, salen las tres mujeres con el arreo, y luego de dos horas de cabalgar por los callejones, una de ellas sale a la ruta, hace dedo y vuelve a buscar el vehículo.
"Son días de mucho trabajo y cansancio, pero esto representa el sueldo del año", comenta Estela.