La industria del petróleo y gas en Neuquén, conocida popularmente como “el Qatar Argentino”, es uno de los motores económicos más importantes de la región. Tradicionalmente, esta industria fue concebida como un espacio para hombres, ligado a trabajos de fuerza y con una cultura profundamente machista. Sin embargo, en los últimos 15 años, la participación femenina ha ido creciendo, rompiendo barreras y enfrentando numerosos desafíos en un entorno que, hasta hace poco, reservaba para las mujeres principalmente roles administrativos.
Un avance con obstáculos: la brecha salarial y la desigualdad estructural
Aunque el ingreso de las mujeres en la industria hidrocarburífera ha permitido acceder a mejores salarios y posiciones de liderazgo, la brecha salarial y las desigualdades persisten. Según datos del Ministerio de Trabajo de Neuquén y estudios del sector energético nacional, las mujeres representan apenas entre un 13% y un 18% del total de empleados en el sector petrolero de la provincia, y menos del 9% en cargos técnicos o gerenciales.
Silvia Ferretti, jefa del laboratorio de fluidos de perforación en NOV Tuboscope, describe con claridad esas dificultades y cuenta en AM550 cómo es la experiencia en primera persona.
“En la industria en general siempre fue un poco más complejo para la mujer. Pero en el ambiente del petróleo es un poco más difícil porque tiene otras demandas: tiempos, preparación profesional, dedicación extra. En 2012 ingresé y me encontré con un escenario muy distinto, donde la formación y la dedicación eran mucho mayores para sostenerse.”
Silvia Ferretti es ingeniera química egresada de la Universidad Nacional de Córdoba, con amplia experiencia en sectores industriales y mineros antes de ingresar a la industria petrolera neuquina. Actualmente, se desempeña como jefa del laboratorio de fluidos de perforación en NOV Tuboscope, donde combina su formación técnica con un destacado liderazgo en un ámbito históricamente masculino, consolidando así su rol como referente femenina en el sector hidrocarburífero de la región.
Este panorama refleja que la desigualdad no es solo salarial, sino también cultural y de oportunidades para formación y promoción.
La maternidad, un límite invisible para muchas profesionales
Uno de los grandes desafíos que afrontan las mujeres en esta industria es la conciliación entre la maternidad y la exigencia laboral. En un sector que demanda horarios extensos, traslados y capacitaciones, la opción de ser madre se vuelve muchas veces incompatible con el ritmo laboral.
Silvia explica con franqueza esta realidad: “Si optas por ser madre o tener familia, es mucho más difícil. Ves dos situaciones: mujeres que deciden no tener hijos para poder seguir en la industria, y otras que cuando empiezan a formar familia terminan saliéndose. Son muchas cosas, porque tenés que atender roles que la sociedad todavía impone, y es complejo compatibilizarlos a todos.”
El impacto de estas presiones implica que muchas mujeres deban elegir entre su desarrollo profesional o la maternidad, reforzando una cultura laboral poco amigable con la diversidad de experiencias femeninas.
Iniciativas para fomentar la inclusión
A pesar de los desafíos, se han implementado diversas iniciativas para promover la participación femenina en la industria. La Municipalidad de Neuquén, por ejemplo, ha otorgado becas a mujeres jóvenes para que estudien carreras relacionadas con el petróleo, gas y energías renovables, buscando aumentar su presencia en el sector .
Asimismo, organizaciones como el Comité de Diversidad e Inclusión de la Society of Petroleum Engineers (SPE) han desarrollado programas para fomentar la educación en carreras técnicas entre mujeres y personas de diversas identidades de género, con el objetivo de ampliar la base de talento en la industria .
Crecer en un mundo pensado para hombres: formación y liderazgo
Pese a los obstáculos, la presencia femenina en puestos técnicos y de liderazgo ha ido en aumento. Silvia relata su propia experiencia de formación y esfuerzo:
“Me dedico a la ganancia de negocios en fluidos de perforación, asistencia operativa en yacimientos, control de calidad, y desarrollo de nuevas tecnologías. Hay entrenamientos en el exterior que duran hasta ocho semanas, con mucha presión y organización. No es fácil, pero hoy hay muchas más mujeres que cuando empecé.”
La evolución se refleja también en que cada vez más mujeres ocupan cargos de autoridad, aunque aún son pocas las gerentas o representantes de compañías en yacimientos.
La necesidad de un cambio cultural y estructural
El avance de las mujeres en la industria petrolera neuquina evidencia un cambio lento pero sostenido. Sin embargo, para superar la desigualdad es imprescindible que la industria, el Estado y la sociedad impulsen políticas que contemplen la inclusión real y la equidad laboral.
Entre las medidas necesarias se destacan la implementación de licencias y apoyos a la maternidad, programas de capacitación específicos para mujeres, flexibilidad laboral y campañas contra la discriminación y el machismo.
La historia de la mujer en el petróleo neuquino es la historia de una lucha silenciosa y constante por espacios que antes parecían inaccesibles. Silvia Ferretti y muchas otras profesionales demuestran que el talento, la formación y la perseverancia pueden abrir caminos, pero también dejan en evidencia las desigualdades que aún deben ser superadas para que la industria sea verdaderamente inclusiva.