EL BOLSÓN EN LLAMAS

La maldición de "El Maruchito" que Weretilneck le deseó a los incendiarios de El Bolsón

El gobernador recordó la leyenda popular y que los autores de las llamas no puedan vivir en paz.
miércoles, 12 de febrero de 2025 · 18:57

Con la situación en El Bolsón un tanto más controlada, el gobernador Alberto Weretilneck hizo anuncios para ayudar a las 549 familias afectadas por el incendio forestal que consumió casi 4 mil héctareas en la zona de Mallín Ahogado y Cajón del Azul. Se lo notó muy afectado después de 13 días de desesperación ante el avance de las llamas y al finalizar echó la maldición de El Maruchito sobre quienes causaron el fuego de manera intencional.

En la conferencia de prensa ante medios locales y nacionales que pretendían conocer detalles de la investigación, Weretilneck reconoció que existe una causa y que será la Justicia la encargada de buscar los culpables. Pero en caso de que la Justicia no les llegue, que no puedan estar tranquilos con sus conciencias y recordó la leyenda de El Maruchito. "El que lo mató (al Maruchito) deambuló toda su vida por la Línea Sur, loco, porque le cayó la maldición. Nosotros le deseamos la misma maldición a todos los que hicieron esto. Que no puedan transitar en paz por ningún lugar de la provincia, por ningún lugar de la Argentina, y que el castigo divino los persiga durante toda su vida", dijo,

El Maruchito es un santo patrono popular con mucha aceptación en la Línea Sur rionegrina, y la leyenda trata de un niño cuyo trágico destino dio paso a una devoción popular, sigue siendo un fenómeno de fe y esperanza en la Patagonia. Y que quien lo mató debió penar toda su vida.

¿Qué hizo El Maruchito?

La historia se remota al 19 de octubre de 1919, cuando Pedro Farías, un niño de 12 años, formaba parte de una caravana de troperos que transportaba mercaderías a través de la extensa región patagónica. En ese momento, la ruta Provincial 74 era solo un sendero de tierra, utilizado por las carretas que conectaban San Antonio Oeste, Roca, Jacobacci y Esquel. Como "marucho", Pedro realizaba tareas menores como recolectar leña, encender el fuego y dar agua a las mulas.

El niño deseaba aprender a tocar la guitarra, y un día, durante una de las paradas en el paraje de Barda Colorada, tomó el instrumento del capataz de la caravana, Onofre Parada, quien le había prohibido hacerlo. Esta acción desató una tragedia: el hombre atacó a Pedro con un cuchillo, provocando su muerte en un momento de furia. Maruchito que cayó herido de muerte abrazado a la viola y fue enterrado en ese mismo lugar.

A pesar de lo desgarrador del suceso, la historia de Pedro Farías se transformó con el tiempo en una leyenda que fue ganando terreno en la región. La devoción hacia el niño fallecido creció entre los habitantes locales, quienes comenzaron a verlo como una figura de protección y esperanza. Así nació la figura de El Maruchito, un protector espiritual de los viajeros y de quienes enfrentan dificultades en la vida.

La leyenda también habla de la maldición de El Maruchito. Es que, según cuentan los relatos reproducidos por diferentes historiadores, Onofre Parada cargó con la culpa por haber asesinado al niño. Tras acestarle dos puñaladas en el vientre, huyó a pie hacia la meseta de Somuncurá y que el remordimiento terminó por trastornarlo y no poder nunca más descansar en paz. Del mismo modo cuentan que por las noches y en la soledad, se puede escuchar un rasguido de guitarra el que se lo atribuyen al alma del niño.

Todos los 19 de octubre cientos de guitarreros veneran a El Maruchito

En las cercanías de Aguada Guzmán (a 120 kilómetros al sur de Roca), una pequeña localidad de unos 200 habitantes, se erige un santuario en honor a El Maruchito. La capilla, ubicada a tan solo 10 kilómetros del pueblo, se convirtió en un lugar de peregrinación anual. Miles de devotos llegan para pedir por su protección en los caminos, por la salud, el trabajo y la resolución de otros desafíos. La devoción se extiende a lo largo del tiempo, y cada octubre, en el aniversario de la muerte de Pedro, una procesión recorre el camino hacia el santuario, culminando con una misa en honor a El Maruchito.

La leyenda de El Maruchito trascendió más allá de una simple historia, convirtiéndose en un símbolo de fe. Su maldición, en tiempos modernos, cuenta que quienes pasen por su santuario y no se detengan, sufrirán algún problema que les impida llegar a destino. Su figura sigue siendo una representación de esperanza para aquellos que transitan las arduas rutas de la Patagonia. Más de 100 años después de su trágica muerte, la historia de El Maruchito sigue siendo una tradición viva y un sinónimo de protección.

 

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