Nido Duro

Un edificio con estructura de luz (y hormigón)

En el cruce entre Av. Argentina y Parque Central hay un edificio que merece un aplauso. Hizo de la luz una columna, mira de frente al desierto y abre sus puertas al desafío que implica vivir en Patagonia Norte. En el cruce entre Av. Argentina y Parque Central hay un edificio que obtuvo el Premio Nacional ARQ FADEA en la categoría Obra Privada Escala Mayor.
viernes, 21 de diciembre de 2018 · 08:52

Por Carla Barbuto
Fotos de Maju Franzán

A veces, la arquitectura invita a reflexionar sobre su sentido, su quehacer, sus vínculos con el espacio y hasta se permite pensarse con identidad propia al tiempo que como variable del ser patagónico. Y, a veces,  todo lo hace de forma poética y hermosa; y ese modo de encarar el trabajo es premiado.
Este mes se entregó el Premio Nacional ARQ FADEA -organizado por el suplemento de ARQ del diario Clarín y la Federación Argentina de Entidades de Arquitectos (FADEA)-, el certamen que distingue a la arquitectura más relevante del país. Y la sede del Banco Provincia de Neuquén (BPN) de Av. Argentina y Parque Central, de Dinamo Arquitectura, fue premiada en la categoría Obra Privada Escala Mayor.


“El BPN necesitaba resolver el problema que la dispersión edilicia genera en las formas de trabajo contemporáneas. Mediante llamado a Concurso Nacional de Anteproyectos, del cual participaron más de 50 estudios de todo el país, el banco encargó un proyecto para concentrar sus áreas administrativas, anexar dos sucursales y vincular los nuevos edificios con la casa matriz, un edificio construido en la década del 80 que debía permanecer en el mismo predio sin alterar su funcionamiento”, cuenta la memoria del proyecto.
Con ese desafío en el camino, el equipo de Dinamo siguió la luz y comenzó (quizá sin darse cuenta) a redefinir la arquitectura en clave patagónica.

Arquitectura consciente
“Difícilmente la arquitectura pueda dar cuenta de la complejidad que implica vivir en la Patagonia Norte. Preferimos indagar en el reconocimiento de sus condiciones ambientales más precisas y traducirlas en una forma de proceder, de actuar en relación con el medio”, nos dicen desde el estudio.
De hecho, la sede bancaria fue hecha pensando en el desierto patagónico. “Su rigurosidad motivó el desarrollo de filtros y parasoles para cada orientación, evitando las horas más fuertes de sol y el deslumbramiento. Para la envolvente de la torre se proyectó una fachada ventilada materializada por una chapa perforada de aluminio. Los patios, la luz cenital y los parasoles funcionan como reguladores climáticos que aportan un importante ahorro energético”, cuenta la memoria del proyecto.



La luz como protagonista
“Quizás sea el dominio de la luz el argumento que nos vincula con el lugar. Proponemos una arquitectura que se interesa por el uso consciente de la luz natural,  investiga en los mecanismos para su control y manipulación en el estadio proyectual”, confirman desde Dinamo.
Leemos la memoria del proyecto y notamos que, de hecho, la luz fue una columna más del monumental edificio.“Proponemos una serie de estrategias que ponen a la luz como protagonista a través de distintos medios, un conocimiento riguroso y científico de su comportamiento y, al mismo tiempo, la aceptación de que en su intangibilidad anida la capacidad de transmitir sensaciones y poéticas al espacio”, nos dicen.
Mientras nos quedamos pensando en cómo un edificio puede hablar del lugar en que está emplazado, en Dinamo nos vuelven a la realidad de un contexto urbano en permanente transformación. “No hay un discurso moral en torno a la búsqueda de una identidad local, las obras no están pensadas en términos miméticos ni buscan complicidad con el entorno sino que adquieren identidad propia al establecer nuevas relaciones entre el lugar (preexistencias) y el objeto construido”.



Todos los premios, el premio
La mecánica merece un párrafo aparte porque empezó este año con la convocatoria que instaba a presentar obras argentinas de la última década para competir divididas en ocho regiones y por categorías según el tamaño de los trabajos.
De este modo, la regionalización fue la aliada del federalismo para evitar la hegemonía de la provincias centrales.
Las regiones Noroeste, Noreste, Nuevo Cuyo, Sur, Santa Fe, Córdoba, Buenos Aires y CABA fueron eligiendo a lo largo del año a sus ganadores y entre ellos, a principios de diciembre distinguieron a los merecedores del Gran Premio Nacional.

A veces la arquitectura abre planos que abren la cabezas, tiende puentes que conectan algo más que estructuras de hormigón.
A veces, los premios son excusas para mostrar esa forma de trabajar.
A veces, nos alegramos con saber que quienes tienen la sensibilidad para hacer de la luz una obra sean patagónicos.

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