A la espera que la dirigencia y cuerpo técnico de River regresen de Estados Unidos donde fueron eliminado en el Mundial de Clubes para pagar la transferencia de su pase, el delantero Maximiliano Salas vive momentos personales muy complicados que en las últimas horas incluyeron amenazas a su esposa.
Desde el martes se conoce el deseo del ex Palestino de Chile por aceptar el convite de Marcelo Gallardo y terminar la edición 2025 de la Copa Libertadores con la camiseta de la banda y no con la celeste y blanca.
Pero mientras tanto, el jugador sigue cumpliendo su contrato con la Academia, de pretemporada en Paraguay y jugando amistosos para la formación alternativa del técnico Gustavo Costas, quien ya sabe que lo perdió.
Salas se negó a firmar su renovación con el club de Avellaneda, saldrá del mismo por la cláusula de rescisión vieja de 8 millones de dólares o un monto un tanto mayor, si es que Diego Milito finalmente negocia con su par Jorge Brito. Pero en las últimas horas, las redes sociales divulgaron el número de teléfono personal del futbolista y la dirección de su domicilio.
Su señora a recibido amenazas por parte de algunos hinchas de Racing disconformes con la decisión deportiva de Salas, quien ya había bloqueado comentarios en redes personales y ha evitado expresarse públicamente sobre esta situación.
Aceptó
Antes de desencadenarse todo este suceso, el jugador fue consultado desde Núñez si estaba preparado para afrontar el costo de una transferencia tan cargada de polémica. Salas fue contundente y dejó saber que quería jugar en River en el segundo semestre.
Así, las cosas quedaron planteadas para que el titular de la institución de Núñez, Brito, rompa con Milito, el titular de la Comisión Directiva Racinguista. Un hecho que será trascendental para toda la salud del mercado de pases entre clubes de la Argentina.
Sólo por una cuestión de apariencia la salida del atacante se terminará sellando por un monto encima de los 8 millones de la moneda estadounidense, como un paraguas protector de una situación muy particular que tiene a todos los directivos nacionales involucrados, en el famoso acuerdo tácito de AFA de no traspasar futbolistas en el país bajo la cláusula de rescisión.