Cuando ocurrió el último gobierno de Felipe Sapag en Neuquén (1995-1999), se presentó el llamado "plan 2020", un programa de desarrollo afirmado en la diversificación de la economía y proyectado para esta década, la presente. El sustento de aquel programa, que lo tuvo como autor principal al ingeniero Ramón Martínez Guarino, era básicamente el desarrollo del recurso del agua, que es abundante en la provincia, propiciando la agroindustria y la producción de alimentos, entre sus cuestiones principales.
Entonces la perspectiva del gas y del petróleo era incierta, con los yacimientos en declive y precios internacionales muy bajos, y Neuquén atravesaba una de las crisis de recursos financieros más grave en la nueva democracia. El "plan 2020" fue apenas comenzado, pero la siembra quedó, empezó a dar algunos frutos, y ahora, en la década prevista inicialmente, parece que recibirá el empujón que hacía falta desde la conducción política provincial.
Rolando Figueroa asegura estar comprometido a fondo con ese proyecto tantas veces declamado y tantas veces postergado, y acaba de anunciar, con énfasis, una inversión de 30 millones de dólares en un "parque agroalimentario de Neuquén", en tierras del Mercado Concentrador, mientras en paralelo su gobierno prepara el lanzamiento de un agresivo plan para aumentar la superficie bajo riego en la provincia.
"La zona del Limay va a ser una de las más productivas de la provincia", dijo el gobernador, en el contexto de ese programa de riego, que se hará por goteo, con la tecnología desarrollada por los israelíes -con notable éxito- en su territorio. Esto se prevé hacer en combinación con la necesidad de agua que tiene el fracking petrolero: así, Vaca Muerta acentuará su perfil de conjunción económica entre el Estado y los privados, y hermanará, por primera vez de manera significativa, según la proyección de lo que se está haciendo, el recurso de los hidrocarburos con el de la agroindustria productora de alimentos. Tal conjunción puede ser, al fin, la base de sustento para un progreso real y sustentable en esta zona de la Patagonia Norte.
Esta planificación no parte de la nada, sino de ejemplos concretos que ya están trabajando, y que comenzaron a principios de este siglo, después de aquel mítico "2020" de Martínez Guarino y el gobierno de Sapag. Así, hay, por ejemplo, una gran producción de cerezas que se exportan a China y Estados Unidos en Vista Alegre; bodegas productoras de vino en San Patricio del Chañar y otras zonas que hace tiempo ya producen vinos de alta gama; olivares con fabricación de aceite en Centenario y la zona de Rincón de los Sauces, también con perspectiva cierta de exportación; producción de truchas premium en el embalse de Piedra del Águila, con exportación a Estados Unidos y Japón; nogales en Picún Leufú de donde se exportan nueces a varios países de Europa y América.
La Neuquén productora de alimentos no es, por lo tanto, el resultado de una imaginación afiebrada, sino una proyección de algo ya comenzado, y que solo necesita persistencia y crecimiento, que es lo que le daría el aumento de la superficie bajo riego, cuestión absolutamente viable en una geografía que tiene una de las cuencas hídricas más importantes de la Argentina, con la posibilidad agregada de contar con cuatro climas distintos en su territorio, desde el semiárido de la Confluencia Este hasta el húmedo de la cordillera lacustre del Suroeste.
Es en este contexto que puede observarse la importancia real de la inauguración del parque agroalimentario de Neuquén, en 30 lotes de hasta 2 mil metros cuadrados cada uno, en la zona del Mercado Concentrador, para que se instalen allí, con la promoción y auspicio del Estado, centros logísticos e industrias agroalimentarias, que aprovecharán la producción creciente en Neuquén, pero también la de otras regiones, que pueden confluir a este gran faro patagónico que comienza a mostrar la luz que alguna vez predijo Benjamín Solari Parravicini en sus proféticos dibujos, a principios del siglo pasado, cuando Neuquén era todavía un arenal en el que solo funcionaban las profecías.