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Viernes 25 de Abril, Neuquén, Argentina
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La vida de "El Hache", un narrador oral de la región que conmueve con sus relatos

Conversamos con uno de los narradores orales más reconocidos de la región para que nos cuente su trayectoria.
Martes, 01 de abril de 2025 a las 01:19

Hache es narrador oral, psicólogo social y director de la Escuela Patagónica de Narración Oral. Con 40 años de trayectoria, ha realizado giras por el país, con su “mochila” llena de historias, abarcando públicos de los más diversos, desde pequeños en colegios primarios hasta adultos en hogares de ancianos. 

Hugo habló con Mejor Informado sobre su trayectoria como narrador oral. Mencionó cómo realiza su labor. El narrador oral trae historias que le cuenta la gente y durante su trabajo escénico, realiza pausas, silencios, exclamaciones, gesticulaciones. El nacimiento de una narración surge muchas veces por anécdotas de personas, el narrador luego acomoda la historia basándose en lo que quiere contar sobre esa anécdota. Construye el relato con elementos de la comunicación y para eso, un narrador oral debe saber escuchar, entender el conflicto, modificarlo para después contarlo.

“El trabajo del narrador no descansa porque escucha historias de la gente, en los lugares más cotidianos como supermercados, por ejemplo.”

La génesis del narrador

“Cuando tenía 7 años, mi papá me llevaba a tomar la merienda a un kiosco y al cine en Roca. Mis amigos solo jugaban a la pelota, no iban al cine, porque era cosa de “adultos”. Cuando nos encontrábamos les contaba la película, ahí empecé a contar historias”, recordó Hugo.

A los 17 empezó teatro y realizaba monólogos con sus compañeros en diversos lugares, allí retomó la narración oral. A los 25 fue maestro y contaba historias a niños en un aula y hasta a la escuela entera.

“En el 88 conocí a tres narradoras e hicimos un grupo de cuentacuentos llamado “Caretas”, en Neuquén. Contábamos historias en plazas y espacios públicos. Después, en solitario conté cuentos en bares, con un repertorio para adultos, más exóticos, lugares donde se fumaba, bares de la ciudad que no existen”, rememoró el narrador.

“Luego fui a contar cuentos en diversos espacios, hacía publicidades en radios, pegaba afiches en bares, librerías. Estuve más tarde trabajando con músicos, titiriteros, con magos, otras ramas del arte.”

El Hache tuvo un reconocimiento en la Feria Nacional del Libro en Buenos Aires. Sin embargo mencionó que, en 40 años de trayectoria, recuerda con un cariño sin igual el reconocimiento de su sobrino que lo ve por YouTube y sabe los diálogos de sus narraciones orales. El mismo niño lo fue a ver al teatro por primera vez. Con dos años, fue gateando al frente de él y se rieron al unísono. Ese fue otro reconocimiento que recuerda. “Cuando lo que te gusta también le gusta a la gente que te importa, familia y amigos, es el reconocimiento mayor”, reconoció Hugo.

 

Los objetivos de Hugo al ser narrador oral

A inicio de marzo, el narrador estuvo en un hogar para indigentes, donde, luego de contar historias, les mandó una tarea: escribir para el próximo encuentro una narración sobre sus vivencias. “Estás en la calle, ¿Qué es en lo único que pensás?, en la supervivencia. De golpe, aparece alguien que te propone contar una historia, eso genera una motivación diferente.”

Estos gestos representan el gran compromiso que tiene Hugo por su profesión, además de su motivación por defender su trabajo. “Sí me presento a un grupo de indigentes, voy a contar un cuento que diga porque el machismo está mal, no dar una cátedra sobre porque está mal”, mencionó. 

“Cuando uno aborda el conflicto, se encuentra con valores y elementos constructivos. Las narraciones se basan generalmente en el entendimiento de ese conflicto”.

El Hache afirmó que la palabra es generadora de sentidos y por medio de ella se puede construir puentes entre personas.  “Hay que defender la palabra ya que es lo que nos ha hecho llegar hasta acá, y se pierde por el celular. El encuentro, mirarse, se está perdiendo y hay que volver porque es la raíz del entendimiento con los otros”, reflexionó.

Hugo lleva la narración oral a los lugares más recónditos y olvidados por la sociedad. Apuesta a abordar la narración oral por fuera del ambiente educativo y afirmó que no solo está en escuelas sino en hospitales, hogares, merenderos, cárceles. 

Aseguró que, donde hay grupos de personas, hay historias que contar. “Hay culturas que no han tenido escritura y son sabias, contar historias orales también es viajar, no solo se puede hacer desde la escritura; de hecho la narración oral es más democrática ya que el libro ha sido un factor clasificatorio de clases durante mucho tiempo”, dijo.

“Desde las cavernas nos juntamos alrededor del fuego y contamos historias, viene desde el principio de la humanidad, ahora cambió el formato pero narrar historias se sigue haciendo."

 

La narración oral también va de gira

Parte del  mes de marzo y abril organizó una gira por el norte del país. El viaje fue a Catamarca donde estuvo presente en la vigilia por el 24 de marzo, día de la memoria, organizado por la Comisión de Derechos Humanos. Además, durante su visita recorrió diversas ciudades y colegios de dicha provincia, entre ellas Belén y Londres. La siguiente semana recorrió escuelas rurales de Jujuy junto a dos compañeras narradoras, una de Cipolletti y otra de General Roca. 

Foto en marco del 24 de marzo, día de la Memoria.

Además ha realizado giras por el interior de Neuquén, contando historias a pequeños de escuelas rurales. “Contar para pequeños públicos como chicos de escuelas rurales, tiene un sabor especial, suceden cosas poco comunes”, detalló. 
 

Una historia real vivida por el narrador

El narrador oral también posee vivencias e historias propias que contar. El Hache brindó detalles de un suceso que se hizo viral en redes sociales.

“Había retirado plata del banco para pagarle al taller ya que había dejado el auto allí. Tomé un taxi y el viaje salió 8 mil pesos. Distraído, pagué con ocho billetes de 10 mil pesos. El chofer volvió, pegó un grito y me dijo “¿no te falta plata?” y me devuelve los 80 mil pesos que le había dado por error. Agradecido, le tomé una foto y conté la historia en mis redes sociales, sin saber la repercusión que tendría”, contó y mencionó lo que el taxista le dijo días después de la viralización del posteo: “lo que mas me gustó es que la leyó mi hijo”.

Foto del taxista Carlos "Cara" Cuenca.

Hache conoce y es consciente todos los días del poder y la responsabilidad que implica la narración oral, y con su compromiso, sigue llevando su mochila llena de historia a personas sedientas de una mirada, un registro, un acercamiento hacia el otro. 




 

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