HORAS DIFÍCILES
Maduro se cae, pase lo que pase este viernes en Venezuela
Sin respaldos, con un concierto de críticas internacionales, y un pueblo mayoritariamente levantado en su contra, Maduro se cae de maduro, nomás.Venezuela vive en estas horas momentos decisivos, y este viernes, esas horas podrán ser más decisivas aún, porque crece la certeza entre los principales líderes democráticos del mundo, que Nicolás Maduro ya ha sido derrotado, que su resistencia es cada vez de menor intensidad, y que falta muy poco para ver el final de un período inaugurado por Hugo Chávez y continuado después por su discípulo, con Diosdado Cabello al lado, porque, en definitiva, todas las dictaduras, también las maquilladas, se caen, inexorable y fatalmente.
No es un detalle que un izquierdista como el presidente de Chile, Gabriel Boric, no solo califica de "dictadura" al gobierno que pretende perpetuarse, sino que, antes, lo cruzó desde el momento en que se supo que no había ganado las elecciones, como proclamara y proclama todavía en estas horas tensas y difíciles. Uruguay también lo condena. En Brasil, Lula hacía un llamativo silencio. A Maduro le quedan pocos respaldos y una mayoría cada vez más notoria que urge su renuncia al afán perpetuo.
En Argentina, le queda a Maduro un respaldo cada vez más esquivo, el del kirchnerismo residual. La Asociación de Madres de Plaza de Mayo pretendió este jueves sostener su posición histórica respecto del chavismo, sin entender que estaba avalando otra dictadura estatal, algo que siempre dijo combatir. Esta mueca de la historia duele, duele profundamente.
Maduro se cae, de maduro nomás. Es parte de las reglas de la naturaleza: nadie ha logrado sobrevivir al paso de los años encaramado en lo más alto del poder, sea este de una nación fuerte o débil. Como una manzana, como una ciruela, como un damasco, llegado el momento, la rama lo desprende, con cierta indiferencia, con el hastío implacable de las repeticiones y el signo inevitable de la vida cruzada por la muerte.
Maduro no se irá perseguido por el imperio, por Trump, por el fascismo imperialista que, como una cáscara, sostiene entre sus tercas manos. Se irá por decisión natural, decisión mayoritaria de un pueblo que ha soportado todo lo que era posible soportar, y que ve que el fruto del presunto paraíso está en el suelo, pudriéndose lentamente.