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El COVID-19 en los países productores de petróleo

¿Existe un virus más letal para la economía mundial que el COVID-19? La persistente guerra por el precio del petróleo se convirtió en el OIL-COVID-19. La conjunción de ambos elementos podría cambiar el mercado petrolero mundial.
Lunes, 23 de marzo de 2020 a las 15:51

Hacer un balance de la pandemia desde la perspectiva de las naciones productoras de petróleo parece poco relevante, en especial, por que el COVID-19 avanza sin piedad minando las economías en todas las regiones del planeta.

Pero mientras el mundo pone la mirada en el Coronavirus, Arabia Saudita y Rusia continúan la guerra del petróleo con el silencio cómplice de los Estados Unidos. De los 10 principales países productores de crudo -hasta donde existe información- solo uno escapó de la propagación del COVID-19: hasta el viernes de la semana pasada Libia no registraba casos “conocidos”.

Cada país viene enfrentando la pandemia y sus terribles consecuencias con distintas estrategias y tácticas. Rusia se convirtió en observador del pánico generalizado de occidente, Irán continúa con la amenaza de la triple frontera y los Emiratos Árabes Unidos debieron tomar medidas drásticas en sus presupuestos.

Los analistas describen el nuevo teatro de operaciones como Oil-COVID-19. La guerra del mercado petrolero donde el COVID-19 y la terquedad de sus líderes de los paises productores de petroleo son los protagonistas. Es aquí donde comienza a tener sentido realizar una radiografía de los países.

África tiene cuatro grandes países productores de petróleo: Nigeria, Angola, Argelia y Libia. Es la zona de planeta con menor cantidad de infectados. La semana pasada cada uno de ellos comenzó con la estrategia de aislamiento y cierre de fronteras.

Irán, el país más afectado por las sanciones impuestas por Estados Unidos y la guerra por el precio del petróleo, lleva contabilizados 23.049 casos confirmados de Coronavirus. Día a día registra mayor crecimiento y propagación.

Irak tiene 266 casos detectados, aunque su mayor impacto se encuentra desde la semana pasada en el cierre temporal de su campo petrolero. Petronas de Malasia evacuó a todo su personal cerrando la producción.

Entre los cuatro países productores que integran el Concejo de Cooperación del Golfo (CCG) suman en total 1254 infectados. Cada estado tomó distintas estrategias bajo un común denominador: cerrar el ingreso de extranjeros y trabajadores de otras naciones pero seguir produciendo.

Rusia, otro de los jugadores fuertes en la guerra por el precio del petróleo, lleva contabilizados 438. En forma reciente inició la fase de aislamiento con cierre parcial de fronteras garantizando la producción.

En Europa, Noruega superó los 2500 infectados y procedió a cerrar sus fronteras. El Reino Unido alcanzó los 5911 infectados e inició una estrategia similar.

En cambio, Estados Unidos comenzó tardíamente el proceso de aislamiento. El país que -a través de los no convencionales- consiguió convertirse en exportador de petróleo lleva contabilizados a la fecha 41.016 infectados. Este escenario obligó a la administración Trump a cambiar su estrategia y reconocer el impacto del COVID-19 en la salud de la población y en la economía norteamericana.

China, donde se inició el virus a fines de 2019, la cantidad de infectado asciende a 81.496. Al parecer, los últimos informes son alentadores. La semana pasada no se registraron nuevos infectados y se espera para las próximas semanas que el gigante asiatico confirme el ingreso a la fase de dominación de la propagación.

En cuanto a los tres países productores de Sudamérica, la evaluación es difícil de establecer. Venezuela inició su cuarentena con 77 casos infectados. Brasil trasladó a los extranjeros a sus países de origen y comenzó una evaluación de su población sumando a la fecha 1620 casos registrados, En cuanto a México -que hasta la semana pasada continuaba sin tomar acciones que garanticen la no propagación, lleva contabilizados 316 casos.

Sin lugar a duda este escenario afecta al mercado petrolero y el crecimiento económico global. Los institutos de energía de distintos paises comenzaron a elaborar informes sobre la demanda energética de los últimos dos meses, en todos los casos se observa una importante declinación de la demanda que pronostican la inevitable recesión económica.

En este contexto, los informes consideran que “no es el ambiente ideal para que los principales países productores continúen jugando a una guerra de precios”. El Covid-19 ataca a todos por igual y cada uno busca las estrategias para detener la propagación; pero -al parecer- las decisiones de estas naciones tienen que ver mas con el impacto en su economía que con la salud de la población mundial.

Aun así, habrá que seguir de cerca el juego que realizan los países dentro del escenario del Oil-Covid-19. La estrategia que empleen estos 10 países dentro del escenario actual será fundamental para el nuevo mercado petrolero mundial, siempre y cuando el COVID-19 no los obligue a cambiar su posición -que al momento- resulta inexplicable a los ojos del mundo.

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