ALUD EN VILLA HUINID

La obra que se realizaba en el hotel no tenía permiso

El municipio ordenó que se paralice cuando ya se habían removido unos 4 mil metros de tierra para ganarle terreno a la ladera del cerro Otto.
jueves, 9 de junio de 2022 · 13:41

El complejo hotelero de la firma All Flags S.A., de la poderosa familia Roccatagliata denominado Villa Huinid, tiene una superficie de 2 hectáreas en una de las laderas del cerro Otto. Allí desarrolló un emprendimiento que en un primer momento iba a tener dos edificios y un salón de convenciones con vistas al lago Nahuel Huapi. Al menos así estaba declarado en el permiso de obra que otorgó el municipio de Bariloche. Pero hubo cambios que no fueron informados y una nueva obra de la que recién tomó conocimiento la comuna el año pasado, cuando el arquitecto que la llevaba adelante denunció su renuncia en el área de Obras Particulares.

Una orden de suspensión de obra emitida por el Municipio de Bariloche en octubre del año pasado es la principal prueba que tiene la Justicia para avanzar en la investigación y para sostener que el alud de barro, rocas y ramas que ingresó a las habitaciones del primer piso del hotel Bustillo de Villa Huinid y mató a tres personas, no fue un accidente y que la mano del hombre estuvo detrás del fenómeno.

Las irregularidades dentro de la construcción de los hoteles y cabañas de Villa Huinid vienen desde el mismo momento en el que se aprobó la construcción. Los planos originales que permitieron el permiso de obra son del año 1998, en los que se pensó construir dos hoteles y un centro de convenciones, pero en los años siguientes sin informarle al municipio, el proyecto del salón pasó a ser de cabañas, para alojar a más huéspedes.

Pero hubo más, ya que los Roccatagliata insistieron en el SUM en un sitio de bosque añejo y comenzaron una obra entre los dos hoteles, sobre la ladera del Otto, de donde se removieron 4 mil metros cúbicos de tierra, y que de esos, la mita fue utilizada para relleno y ganarle terreno a la pendiente de la montaña. También se abrió un camino y la empresa constructora realizó un gavión de contención. También se realizó una platea de 1.900 metros cuadrados y se levantaron 28 columnas metálicas.

De todo esto, el Departamento de Obras particulares del municipio tomó conocimiento sin querer recién el 25 de octubre del año pasado. La inspección se realizó luego de que el arquitecto a cargo del proyecto, Carlos Arbetman presentó su renuncia. Los empleados municipales que relevaron el predio constataron que nada tenía que ver con la ampliación informada en el año 2013. El área en cuestión decidió rechazar la renuncia del profesional y ordenó la paralización de los trabajos, "bajo apercibimiento de ley", como consta en un documento publicado por el sitio Bariloche 2000.

La fiscalía que interviene en el caso solicitó al municipio toda la documentación sobre la construcción de los hoteles, las cabañas y el permiso de la nueva obra. Además, fue el propio Jefe de Gabinete, Marcos Barberis quien confirmó que los inspectores detectaron que lo construido no coincidía con los planos aprobados para el inicio de una obra de 900 metros cuadrados que luego pasó a más de 3.000. 

También se entregó la orden de suspensión de la obra y que se continuó inspeccionando hasta febrero de este año. Del mismo modo argumentó que una vez logrado el permiso de obra, el propietario no tiene la obligación de informar el momento en el que empieza a construir pero debe respetar el proyecto presentado. Y al detectar que no se respetaba, fue que obligaron a All Flags a actualizar el expediente original, con cálculos y documentación que certifiquen el cumplimiento de todas las normas que rigen una construcción.

La familia Roccatagliata tiene diversos negocios, en especial en Bariloche donde son dueños de varias estaciones de servicio y hoteles. De hecho, Claudio Roccatagliata es el presidente de la Asociación Empresaria Hotelera Gastronómica de Bariloche y fue quien en un primer momento reclamó abiertamente por el levantamiento de las restricciones durante la pandemia y luego reconoció los importantes beneficios que obtuvo el sector cuando se habilitó el turismo.

El pasado lunes, cerca de las 19, se produjo un desprendimiento de la montaña, justo en el área donde se desarrollaba la construcción que ahora se sabe no sólo no tenía autorización municipal, sino que también había una orden vigente de no avanzar. Una gran cantidad de barro, rocas y ramas cayó con una tremenda fuerza que arrasó todo a su paso, inclusive las paredes del primer piso del hotel Bustillo. Dentro de las habitaciones 105 y 107 estaban descansando dos matrimonios uruguayos, Gerardo Casella y su esposa Alba González Giovanelli; y Víctor González Giovanelli con Ana María Marturet. Los tres primeros murieron sepultados en el barro, en tanto que la mujer debió ser rescatada y permanece hospitalizada.

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