De ganar el gordo de Año Nuevo a morir en un hotel

La pandemia postergó varios meses el viaje. Gerardo Casella le había prometido a su esposa Alba González Giovanelli y a su cuñado Víctor, que tras cobrar el premio del gordo de Año Nuevo, los llevaría de viaje a Bariloche. El mismo lunes de la tragedia, desencadenada por un furioso desprendimiento de tierra que arrasó con todo lo que encontró a su paso, las dos familias habían ingresado al hotel en el que ya tenían reservas y lo habían elegido por las comodidades y por el lugar donde se encuentra ubicado.

Ambas parejas, la de Gerardo y Alba y Víctor con Ana María Marturet eran de San Gerónimo, Florida, Sarandí Grande, a dos horas de Montevideo. Aunque nació en esa localidad, Ángel, otro hermano de Víctor y Alba, que vive en Tenerife, España y reconoció en declaraciones al diario El País que "Casella tuvo esa suerte y ahora esa desgracia. Como que la vida te da y te quita".

También explicó el origen humilde de ambas familias: "de mucho sacrificio, de pobreza, digamos, de medio rural. En Sarandí en su tiempo fueron muy conocidos. Él había nacido en Sarandí Grande, junto con mis tres hermanas mayores, y nosotros en Florida. Trabajamos todos en Florida, en lo que salía, y al final él se puso a vender carne y le fue bien. Después compró unas casitas y estaba un poco mejor. Una persona de trabajo y había tenido un poco de suerte".

Los dos matrimonios tenían pensado recorrer la zona cordillerana de Río Negro y Neuquén, de hecho el viaje lo iniciaron el 4 de junio pasado en San Martín de los Andes, donde se sacaron fotos en Chapelco. Luego, el lunes llegaron a Bariloche y se hospedaron las habitaciones 105 y 107 del hotel Bustillo del complejo de cuatro estrellas Villa Huinid, ubicado en la ladera del cerro Otto.

Cerca de las 19 del mismo lunes, cuando ambos matrimonios descansaban en sus habitaciones previo a la cena, se escuchó una breve pero muy fuerte explosión. En cuestión de segundos un río de tierra, barro, rocas y ramas arrasó con todo lo que encontró a su paso. Ni las paredes de la estructura del hotel pudieron contener tamaña cantidad de material que cayó desde la ladera, donde se hacia una nueva construcción para el complejo. 

Momentos después, tres mujeres fueron rescatadas del primer piso del hotel, a Ana los médicos debieron ponerle una sonda para que respire porque tenía la mitad del cuerpo atrapado en el barro. El cuerpo de su esposo fue hallado casi una hora después, sepultado entre el sedimento y sin signos vitales. La autopsia determinó que murió por múltiples traumatismos.

Los cuerpos de Alba y Gerardo fueron encontrados a las 2.40 de la madrugada de hoy, dentro de la habitación 107 que ocupaban y enterrados en el barro. Para eso, desde las 18 de ayer, unos 100 rescatistas debieron remover con baldes unas 50 toneladas de material luego de romper la pared de la habitación contigua, porque era imposible ingresar por la puerta.

Por estas horas, la fiscalía de Bariloche avanza en la investigación para determinar las causales del desprendimiento. Si bien la cantidad de agua caída puede haber sido un factor determinante, las obras que se realizaban en el predio también están en la mira de la Justicia. La autorización para el movimiento de suelo y el estudio de impacto ambiental será determinante para establecer las responsabilidades.